domingo, 27 de diciembre de 2009

Lo necesito

Había tenido un mal día de trabajo. Demasiado estres inutil (¿había algún estres que fuera util, se había preguntado mil veces?) demasiado complejo de culpa, de inferioridad, de "soy una perfecta inutil". Además, había discutido con su novio. Estaba harta, literalmente de que le dijera que no le gustaba cómo vestía, o se la quedara mirando fijamente a las cejas, y le dijera, cuando ella estaba pensando que él le miraba con cara de enamorado, "te tienes que arreglar las cejas".

Por eso estaba en su casa, pensando, sin mirar a ningún lugar fijo. Pensando en recoger todo en una maleta, lo que le cupiera, salir a la calle, coger un taxi y escapar de esa vida que no terminaba de despegar. De esa existencia que no le gustaba. De ese piso tan pequeño, de ese novio que la miraba a veces con condescendencia como queriendole decir, ¿a donde ibas a ir tu sin mi con la de tias buenas que hay por ahi?.

Hacía siglos que no hablaba con él y no tenía la esperanza de encontrárselo ya más. El jueguecito había acabado antes de empezar. Ella ni siquiera puso sus condiciones sobre la mesa.
Pero le necesitaba. Como el que necesita beberse un litro de agua de golpe porque necesita calmar esa sed irremediablemente.

Cogió el móvil y le envió un sms como el que envía una botella al oceano. Sin saber si habrá respuesta. Sin saber qué será de su vida si no le contesta.
Necesito emborracharme
Sola o acompañada
(joder, siempre tiene que decir la frase perfecta)
Perfectamente acompañada
Te vienes a mi casa
Yo pongo el ron
Yo pongo las copas. Toma mi dirección
Con las cejas sin arreglar, sin pintar, una sudadera de benetton del año pum, vaqueros, zapatillas y barbur y tras pasar por un vips se fue enfilada a dejarse de tonterías y beberse un litro entero de agua
Nunca antes había sabido con tanta exactitud lo que necesitaba

Me gusta



Si hay una canción que le personifique, esa es esta de Bryan Ferry. Porque es de los 80, porque es tan encantador como él y por esa cadencia tontorrona que no sabría definir.
¿Por qué después de tanto tiempo se me pone una sonrisilla tonta cuando oigo al Sr Ferry y más está canción?
¿Por qué estoy deseando encontrarmelo en la esquina más famosa de todas mis esquinas?
¿Por qué siempre que paso por esa esquina miro mi cara en cualquier reflejo por si estoy presentable?
¿Por qué siempre que oigo esa palabra me creo que me la dicen a mi?
(no ana no es quien tu crees jajajaa)
i can see you laughing i can see you smile

jueves, 3 de diciembre de 2009

Todo lo que quiero hacer

Pasear sin mirar el reloj, irme de fin de semana, ver Chicago, ver Jenufa, escuchar jazz, leer el último best-seller, no tener qué precouparme por lo que gasto salvo por mi propia conciencia, no porque me falte, ir al Mercadona y tirarme dos horas mirando cremas, ir al Matadero de Madrid a ver a María Pagés, reirme hasta no poder más, que deje de tener dolor de garganta de una vez por todas, ver una pelicula que me enganche, que echen Mad Men en el Plus, la tercera temporada, apuntarme a una academia de inglés, tener dinero para comprarme todo lo que tengo en mente, leer el país, comprarme la Vanity Fair, tirarme en el sillón a ver Sálvame, que echen una buena serie en la tele por fin, que ir al teatro no sea tan caro, que los taxis no sean tan caros, cenar en un buen restaurante, ir al Mercado de San Miguel, que me manden un sms inesperado, ir a la azotea de la Casa Encendida, apuntarme a un curso de la Casa Encendida, hacer un master de gestión cultural, ganar 2000 euros al mes por un trabajo de 8 a 3, tener a alguien que me diga que no me preocupe, dormir toda la noche de un tirón, dejar de irme a las chimbambas a dar clases, dejar de ir cargada todos los días con la bolsa del gimnasio, la de la comida, el bolso, mis libros varios, tirarme toda una tarde en la FNAC mirando libros, tirarme todo un día en el Zara, en el H & M en el Corte Inglés, sin hacer nada, no hacer nada, nada de nada, dejar de anhelar lo que no hago, dejar de pensar lo que pasará dentro de un año o medio año, o mañana, irme a París en Navidad, a Londres un fin de semana, a una casa rural un puente de estos, dejar de proponer, no necesitar, no esperar, no anhelar, no pensar, que no me importa si ya no vuelve a aparecer jamás, dejarme llevar....

martes, 1 de diciembre de 2009

¿Cuál es tu fantasía?

No sé si soy la única que sueña despierta, hasta el punto de que un día me va a pillar un autobus (Anita, dile a tu chico que si un día me ve cruzando un paso de cebra en rojo no me atropelle jeje), pero el caso es que es lo que más me gusta.

Luego claro, sobrevengo a mi realidad y necesito formatearme cual Windows 98 para decirme a mi misma, mery, hoy tienes que ir a tal sitio y para ir tienes que coger tal o cual bus (siempre he pensado que si mi memoria fallara, aunque fuera minimamente, terminaría dandole clase a un Municipal de Pinto).

Mi cabeza está todo el día en funcionamiento, a pleno rendimiento. Me pongo a pensar y me imagino lo qué haría si me tocara la loteria (pongamos 200 millones de euros) luego pienso lo que haría si me tocaran 6.000 euros... pero es que hasta para eso soy terriblemente realista. Mi fantasía más recurrente sobre ganar un juego de azar es que me toquen los 5 euros del rasca de la ONCE y desayunar gratis en Rodilla con zumo de naranja incluido.

También pienso en lo que haría si tuviera un trabajo de 8 a 3 por 2000 euros. Dejaría las clases particulares y emplearía las tardes para irme a ver pelis antiguas a la Filmoteca, dar clases de cerámica, aprender decoración floral japonesa o qué coño, tirarme en el sofa a ver el Sálvame. Solo de pensarlo, babeo.

Al grano, que como siempre, me lio. Todos y aunque no lo confesemos, toditos, todos tenemos nuestra fantasía sexual. Y si no la tenemos, hay que inventarsela.

Una antigua compi me contó que lo primero que hace cuando entra a un medio de transporte público es pensarse a quién se tiraría. Yo no llego a tanto (buenoooo, a qué a partir de ahora más de uno cuando entre al metro pensará a quién se tiraría eh?) pero tengo una fantasía....

Cuando he escrito esto, ahora mismo, me he tirado mis buenos dos minutos pensando si sigo o no, más que nada, porque el blog lo lee gente que me conoce. Bueno, como le dije a mi chico una vez, la mayoría de cosas que cuento puede que sean verdad y puede que no, en eso reside el oficio de redactador, en mi caso (ya que no me considero ni escritora) y por lo tanto, si voy a contar una fantasía (sexual o sentimental, obviamente) dejo a la imaginación del lector si habla mi imaginación o yo.

¿No os ha pasado nunca eso de ver a alguien y al instante saber, tener la certeza absoluta de que te gusta y saber, tener la certeza absoluta de que le gustas?.

Pues mi fantasia (o la de mi alter ego) es dirigirme a esa persona, y sin saber nada de ella, absolutamente nada, llevarmela a una habitación de hotel. Y al igual que cada semana se tiene una cita para ir a inglés, a jugar al paddle o a las chapas con el vecino de al lado de tu casa, ir a esa habitación de hotel todas las semanas. Sin saber nada, absolutamente nada de esa otra persona.

¿Podriaís no saber nada de esa otra persona?. Esta claro que para hacer eso, la pulsión física debe ser muy muy grande, no vale con que te guste un poquito. Puede que incluso te guste en ese plano más que tu pareja, más que cualquier persona con la que has estado y que sabe todo de tu vida. ¿Podriaís?. Yo, me reservo mi respuesta.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Eres estupendo

Antes pensaba que el amor era decir te quiero a todas horas, llamar cielito todo el tiempo a la otra persona y decirle todo el rato "no puedo vivir sin tí". Hoy, gracias a ti, y como un día me dijo un especialista, el amor no se dice, se demuestra y tú me lo has demostrado. Me has demostrado que siempre estás ahi. Muchas gracias por poder contar contigo, por dejarme entrar en tu vida, por conocerte. Muchas gracias por ser como eres, responsable, leal, trabajador, realista y divertido. Muchas gracias por hacerme reir. Por preocuparte por mi. Por dejar que te vacile. Por aguntarme (esto es mutuo eh?) Espero que sigas siempre asi, porque eres estupendo.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Bailar con las manos

Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo en una revista de danza y música es que puedo escribir de lo que me apasiona, que es todo tipo de expresión artística hecha con originalidad e inteligencia. (ya que mi sueldo de media jornada no es muy boyante)
Ayer me fui a los teatros del canal yo solita (solo me dieron una entrada) a ver Dunas, con María Pagés y Sidi Larbi Cherkaoui. Estoy harta de hacer noticias de gente a la que nunca he ido a ver, y Pagés es una de esas personas. A simple vista, lo que yo me había imaginado es que era una bailarina de flamenco y ya está. Pues no. Mira que a mi el flamenco me chirría bastante (no le encuentro sentido a estar dando uno palmas mientras otra no para de lamentarse con un taconeo constante y unas manos al viento, con letras que solo hablan de "ese gitano ha dejao de quererme porque se ha ido con otra") pero he de decir que Pagés reinventa el flamenco y hace que a alguien como yo, que no quiere bajar más allá de castilla la mancha para abajo cuando viaja, le emocione.
Porque en Dunas, no hay género delimitado. El flamenco puede ser contemporáneo y la danza contemporánea flamenco. Le acompaña Sidi Larbi Cherkaoui, un coreógrafo belga que me resulta muy curioso porque en los momentos que intenta bailar flamenco parece un aleman cocido de vino que intenta soltar un "ole". Y cuando se pone a dar palmas tiene menos ritmo que un corcho. Pero es solo apariencia porque cuando ese chico baila, y baila danza contemporánea a una se le pone un nudo en la garganta de lo maravilloso que es. Resultado? Que como oi a alguien una vez, a los espectáculos hay que ir con ojos inocentes, sin pensar lo que vas a ver, como fui yo ayer, que no leí nada antes sobre este espectáculo en concreto. Me gustaron hasta los cantaores que se marca la Pagés pero solo porque te podían cantar igual de bien una soleá que una melodía tradicional árabe.
Emociona. María me ha enseñado que para saber hay que ver, que el resto es pura especulación.



viernes, 13 de noviembre de 2009

Hoy necesito

Hoy necesitaba verle y no sé por qué. Mierda que no tenga nada para leer en el bus y me haya entrado la necesidad imperiosa de encontrarmelo al doblar la esquina. Necesidad inmediata que en otras circunstancias alimentaría. Mierda que no solo dependa de mi el hacerlo.

El video no me mata. Pero la canción me gusta. Y Teo y María a los que conocí me gustan mucho más.

lunes, 9 de noviembre de 2009

viernes, 30 de octubre de 2009

Es mejor no tener...

Siempre había necesitado a alguien que le dijera "no te preocupes". Esas tres simples, mágicas palabras, las había oido muy poco a lo largo de su vida en cuestiones más o menos decisivas. Y lo necesitaba. Necesitaba que otra persona que no fuera ella, las pronunciara. Porque en su boca no surtían ningún tipo de efecto. No quería enamorarse como una tonta adolescente ni creía que lo sentía por él era amor. Pero le gustaba al cerrar los ojos, pensar en él, pensar en su voz, en su cálida voz, en sus palabras, en su perfume en su boca... pero no imaginaba mucho más porque tampoco se veía viviendo con él u oyendo sus ronquidos noche tras noche. Prefería dejarle donde estaba, en su piso de un barrio pijo, solo y crápula, como sabía que era, acostandose y prometiendo palabras de amor cada noche a una distinta. Porque ella no le quería para vivir con él. Solo le quería para que la susurrara al oido "no te preocupes, nena, todo va a salir bien". Y meter la nariz en su cuello y aspirar su perfume, y que él la diera un cálido beso en los labios y que la durmiera.
Había empezado a salir con un chico normal, formal, agradable, sin miedo al compromiso, algo perfeccionista, simpatico... y politicamente correcto. Y a ella le gustaba porque le tenía que gustar, porque llevaban unos meses saliendo juntos y él le prometía una vida juntos, viajes a parís, a londres, a cancun, llevarla al cine los domingos, era límpidamente perfecto. Y a ella solo le gustaba porque le tenía que gustar. Y ya esta. El sexo era monótono. Sin placer por su parte. Con partes medidas, casi milimetricamente. Sin sorpresas. Llevado a cabo con un guión de antemano. Los sábados toca esto. Otro día toca esto otro. Y asi semana tras semana semana tras semana. Quejas de él de que su piso era pequeño, estaba en una zona demasiado popular, estaba desordenado. No tenía encanto. No se podía criar a un hijo. Vente a mi casa, le decía. Y ella pensaba, sí perfecto, ya está toda mi vida resuelta. Pero no. Sabía que había otra cosa que eso. Y sabía quién se lo podía dar. Y sabía que a quien podía darselo no le podía dar nada más. Y qué. O qué sabía ella. Qué sabía ella si él le diría "quedate conmigo" como esa estupida canción que oía en la radio. Por qué cuando se sentaba en la butaca de un teatro se acordaba de él. Por qué cuando veía a aparecer a alguien con chaqueta de pana se acordaba de él. Por qué agachaba la cabeza cada vez que pasaba por su barrio y se encontraba a alguien que se le parecía... qué quería de él. Por qué tenía en el borrador del movil hasta 5 mensajes de "dime donde vives". Por qué su dedo no obedecía a la orden de enviar. Porque no existía esa orden. Y prefería vivir en la inopia que en la sabiduría. Que es mejor no tener que haber tenido. Ese había sido su mundo.

jueves, 29 de octubre de 2009

No merece la pena

Ya no me acuerdo de ti. Hasta el punto de que sé que si te hubiera conocido ahora, ni siquiera me gustarías. Y eso... eso me gusta.
No hace falta recurrir a científicos como los de la peli, mítica, nunca suficientemente promocionada y de culto. Olvídate de mi, para que desactiven de tu cerebro todo lo que te unía a otra persona.
No sé qué mecanismos actúan en nuestra mente que hacen que el tiempo sea como un borrador de neuronas. Seguramente existirá una explicación científica más que abundante. Pero yo me conformo con descubrir que un día, hizo meses que no pensaba en ti ni un segundo en todo el día. Bueno, solo hoy. El suficiente como para dejar constancia de que.... no merecías ni media lagrima de las que derrame por tu culpa. Y ojalá me hubiera dado cuenta mucho mucho antes.
Por eso, a todos los que hoy os sentís tristes, es duro pero lo olvidaréis. Yo, que me tenía que poner dos alarmas para despertarme media hora antes y dedicarla a llorar antes de levantarme durante semanas, hoy no es que me ría, es que me daría de leches si pudiera por haber sido tan estupida. Yo, que escuchaba, tu me enseñaste, de Talia, hoy me digo que fui ñoña, boba, estupida por escuchar a esa HORTERA. Sí, hortera. Asi es que, antes que empezar a tararear una tonta balada de Alejandro Fernández, o no por Dios, de Maná, salid a la calle, respirad el aire, sonreir, escuchad una música, cualquiera, pero que no hable de lo mal que lo pasa la peña cuando la dejan, porque esa peña que canta se lía con una cada noche y tan contentos.
Paraos un momento y pensad. No puedo desperdiciar mi vida con esta mierda. Hay demasiadas cosas que merecen la pena como para pararse en estupideces. Sí. Es tu pi de ces. Si alguien te hizo llorar, te lo hizo pasar mal, te hizo tener ganas de morirte. Creerme. No merece la pena. En serio. Nunca, nunca, merece la pena. Porque cuando todo pase, os daréis cuenta de que de verdad, no era para tanto. (o a lo mejor es que yo soy dura como un clavo, vete tu a saber)

jueves, 22 de octubre de 2009

Decisiones

Hace dos años por estas fechas tomé una decisión. A veces (bueno, la mayoría) me encantaría poder deshacer como deshacemos en word, para ver en qué hubiera quedado todo si hubiera elegido otra opción. Trato de ser optimista y decirme a mi misma que tomé la decisión correcta. Pero, como todo en esta vida, hay pros y contras. Esa decisión tuvo pros, que por entonces veía que pesaban demasiado como para no tomarla y muy pocas contras. Hoy día, después de ver cómo se desarrolló todo, no me puedo explicar cómo no supe ver que esos pros eran humo comparado con los contras que tenía y que ahora veo, pesaban mucho más.
Los pros: Vivir mejor y conseguir que mi salud mental no se resintiera. Los contras: Eliminar de un plumazo la estabilidad económica que tenía. Ahora: Pros: He conocido gente muy interesante que de otra forma no hubiera conocido y mi salud mental es mucho mejor que antes. Contras: Vivo constantemente sobre la cuerda floja.
De mis palabras se deduce que prefiero vivir de forma estable, economicamente hablando, aunque mi salud mental y física se resienta. Bueno, es una opción. Ahora mismo tengo la cabeza bastante bien pero si sigo caminando como una funambulista sobre la fina cuerda bajo mis pies, se que se terminará resintiendo.
Yo me pregunto. ¿Por qué no puedo vivir tranquila, aunque sea una vez en la vida?. ¿Por qué si yo tomo una decisión que yo creo que va ser por mi bien, no me va bien?. ¿Por qué la vida se empeña en ponerme piedrecitas, cuando no pedruscos por el camino?. Como diría Alex Rovira, escritor que según te levantes te da ganas de matar o le escuchas atentamente, la vida son cosas buenas y malas. Y creo que mi problema es pensar que la vida tienen que ser cosas buenas a la fuerza. Pero digo yo, ¿no he vivido yo ya demasiadas cosas malas? (embargo de casa, que mi novio me deje por otra, que me echen del trabajo, un padre con el que me puedo tirar meses sin hablarme?). No, no las he vivido. Supongo que hay más peajes que pagar. Y cosas peores, con lo cual, encima, no te puedes quejar. Porque si lo haces otro te dirá que hay cosas peores, por supuesto que si. Asi es que como dice mi madre "no escupas al cielo". Porque ¿quién puñetas me he creido yo en este universo para ser feliz? ¿Quien te ha dicho que las cosas te deben ir siempre bien?. Yo no pido eso. Solo pido lo que tienen muchas personas. Despertarte y que la mente no te vaya directamente al problema que tienes sobre la cabeza ese día. Levantarte y solo pensar. Hoy puede ser un buen día. Aunque sea una vez. Yo, y aunque parezca dramatico es así, no recuerdo ni un solo día donde mi cabeza no se fuera solita al problema del día. Vale, va, supongo que a estas alturas de la lectura, todo el mundo pensará, qué drámatica, todo el mundo tiene problemas. Vale, pero como yo solo vivo en mi mente y en mi cuerpo, para mi, mis problemas son los más importantes. Y ya está. Por mucho que empatices con los de los demás. No es lo mismo. Y los que me lean, me darán la razón en que no, no es lo mismo.

jueves, 15 de octubre de 2009

Ritmo y movimiento



Como tengo "poco" que hacer he hecho un alto en el camino y me he metido en un curso de ritmo y movimiento de la Casa Encendida. Recomiendo a todo el mundo que si quiere oxigenarse se permita un capricho que le realice. No tiene que pasar por pagarse unas vacaciones en alta mar o por comprarse un bolso de 500 euros. A mi me costó 15 euros. Puede ser más barato. Pasear por la calle favorita de uno, pararse a escuchar una canción o sonreir leyendo un libro. Os digo que funciona. Hacer algo que no te va a servir de nada en tu vida profesional a corto plazo (a mi, al menos) pero sí a tu espiritu. Algo que la gente piense "qué tontería". Algo que la gente piense que lo haces por perder el tiempo. A veces está bien ser feliz perdiendo aparentemente el tiempo. Porque para mi este curso ha sido todo lo contrario a perderlo. No todo tiene que servir para ganar dinero o para encontrar a la persona de tus sueños.
Ah, esta canción nos la pone para improvisar ritmos nuestra profesora, una delicia de persona. Y excelente maestra.

Funciona (más que el actimel, lo garantizo)

viernes, 9 de octubre de 2009

Sweet sensations

Me gusta mucho leer y la verdad es que de toda la vida de Dios (no sé cuál) he conseguido abstraerme a la voz de "ya" cual experto hipnotizador. Por eso tengo miles de historias en mi cabeza. Historias que me imagino recurrentemente dependiendo de lo aburrida que esté y lo tediosa que sea la realidad que me envuelve. Algunas me gustaría escribirlas. Pero me vence la pereza o que no soy lo suficientemente vanidosa o que no tengo a nadie que me espolee. Como tampoco se si tengo lectores de este blog, que creo que no porque comentarios no hay muchos (bueno tengo un par de admiradores pero uno de ellos se olvidó definitivamente de mi y eso hace que decaiga en mi ánimo de escribir)
He oido cansinamente a decenas de escritores decir que obviamente muchas de sus historias tienen tintes autobiográficos. Cómo no va a ser asi. Yo me vería incapaz de escribir como si fuera un entrenador de fútbol de un equipo de primera por mucho que me documentara para ello. Y creo que inconscientemente necesitamos, los que nos gusta imaginar, ser actores principales de nuestras historias, y al contarlas, lo hacemos como a nosotros nos gustaría que transcurrieran.
Esto lo digo porque quiero seguir con la historia que planteé en uno de mis primeros post y que si he dejado coleando ha sido porque, yo, a diferencia de Pérez Reverte que se planifica el libro de principio a fin antes de ponerse a escribir, necesito alimentar mi historia. Y solo la alimento de sensaciones que tengo y que me vienen de repente. Un olor, un recuerdo, el nombre de un local (dejate besar... estuve días pensando de qué me suena y hoy, justo hoy me he tenido que acordar), una caricia, una mirada, una sonrisa, una palabra justa (me vienen a la mente, "dejate besar" por ejemplo, o "creo que la siesta contigo va a ser algo imposible") la letra de una canción que parece hecha exprofeso para expresar lo que siento en ese momento... y que de repente actuan como deliciosos espasmos que me asaltan en los sitios más insospechados, la cola de un supermercado, yendo en uno de los miles de autobuses que me pillo a la semana, o cuando uno de los trajeados roceños se me sube al lado en el bus y huelo su perfume(no el del trajeado si no el de "él"). Y esa chorrada me pone de buen humor a las 7 de la mañana. Tócate las narices.
Pues eso, que no soy Perez Reverte en lo que a planificación se refiere pero voy a poner un poco de orden en mis pensamientos pseudoliterarios y voy a ver como sigo con esta historia sin que parezca que la protagonista es medio lela (como yo).
Ay que ver qué pajas mentales que me hago

domingo, 20 de septiembre de 2009

Gattaca o Michael Nyman

El otro día vi Gattaca. Me gustan esas pelis que mantienen mi atención hasta el final y que no me hacen mirar el reloj ni una vez. Me pasó con Michael Clayton y me pasa ahora con Gatacca, pero creo que es por la maravillosa bso de Michael Nyman... y por Jude Law y lo que le ocurre al final mientras suena esta maravillosa música...

lunes, 14 de septiembre de 2009

El otoño es mi aliado

No tengo ni idea de por qué pero me apasiona el otoño. Debe ser que como buena persona auditiva que soy (dicho por una profe de un curso sobre el aprendizaje al que fui, que dividió a la gente en auditiva, kinésica o visual). me gusta saber lo que va después. Por eso tengo tanto temor a la incertidumbre. Deseo saber todo el rato todo el rato lo que va a pasar. A pesar de haber visto una peli mil veces y saber que al final el bueno se salva, yo no soporto ver cómo sufre, cómo no puedo estar viendo al mismo tiempo el desarrollo y la conclusión. Y el otoño me gusta porque devuelve todo al orden con su principio y su final. En otoño sé cuándo va a ser el cierre de los próximos números de la revista en la que escribo (y no en verano que entre las vacaciones y las de los demás me vuelvo loca y las fechas de cierre se echan sobre mi irremediablemente, por eso, porque estoy como perdida, hasta el punto de que no se hasta qué día vivo). porque vuelvo a dar clase a mis alumnos (y no tengo las tardes vacias como un abismo ante mi... solo de pensarlo me pongo mala). porque tengo la agenda repleta de cosas que hacer. Por eso, porque necesito saber qué va después. Porque yo, como la música, he de tener comienzo, nudo y desenlace. Porque como la música, sé que la séptima disminuida cae irremediablemente en un acorde mayor. Y me gusta saber que tras el suspense cae el descanso. Para bien o para mal. Pero necesito saberlo
Por eso siempre, aunque no quiera, estoy haciendo preguntas. Por eso tal vez, a veces me callo las preguntas porque temo que el final no sea como yo quiero y por eso, para tener un final, un plan de vida, me lo hago en mi cabeza. Y me paso la vida con ese plan en la cabeza, o cambiandolo, pero con un plan, cualquiera. Me encantan las estrategias. Tal vez porque he hecho demasiados ejercicios de armonia, yo, que odio las matematicas, y la armonía es poco menos que lo mismo. No sé por qué. Me gusta enlazar, pensar diferentes opciones, encontrar una solución. Siempre quiero encontrar una solución. Pero cuando quiero, claro. Por eso convenzo tan bien. Por eso me gusta y se que lo hago bien, llevar a la gente a mi terreno. Pero solo cuando quiero. Cuando no, esto forma parte de mi estrategia. Y mi estrategia es dejar pasar y no hacer nada. Porque se que no funcionará. Nunca comienzo batallas que se que voy a perder. Debe ser la única intución que tengo. Saber cuándo voy a salir perdiendo. Lo supe hace más de tres años. Que no merecía la pena. Y no hice nada. E hice bien. Solo cuando se que puedo conseguirlo plenamente me pongo. Y vaya si me pongo.Y a veces la recompensa no es el puro final si no el mero desarrollo. A veces pierdo, claro que si, pero no me siento derrotada. Porque se que mi estrategia ha sido buena. En mi conciencia, por supuesto. Y que si algo ha salido mal es porque no merece la pena. Y el tiempo me da la razón.
En todo querido Mercuccio. En todo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Mapa de mis propios criterios

Hoy he ido a ver Mapa de los sonidos de Tokio. No quise leer muchas críticas de la misma, porque intuí, y no me equivoqué, que la iban a poner a caldo. Yo no soy Boyero, ni crítico de cine ni muchísimo menos pero no sé por qué me da, que a veces las críticas tocan buenas, y otras, malas. Y a esta peli de Coixet le ha tocado mala crítica. Fácil lo tenían para criticarla mal. Yo estaba segura, sin ver la peli y sin leer casi nada de ella, que iban a decir que Coixet pretendía parecerse a Wong Kar-Wai (director de la infumable, para mi, y sin necesidad de leer ninguna crítica que me lo enseñara, Deseando amar), y no me equivoqué. Hoy, después de ver la peli, he ido corriendo a ver qué decían de ella, y la mayoría decían que Coixet ha querido sin éxito parecerse a algun director japonés de nombre raro y que estoy segura, a la mayoría de los críticos no solo no les gusta, si no que encima, parece que lo que les gusta es sufrir y encima salir diciendo que ha sido la octava maravilla del mundo. (como el que se come una barrita de hinojo por 80 euros en el restaurante de moda y dice que ha sido lo mejor que ha probado).
A donde voy con todo esto. Que a mi , al margen de lo que me digan los críticos de medio pelo,exceptuando a Boyero, con quien coincido en muchas ocasiones, me ha gustado. Porque yo creo que las peliculas hay que ir a verlas con ojos inocentes sin prejuicios y pensamientos más que prestablecidos (que para el caso es lo mismo). Sin saber lo que tienes que sentir al verla. Si no solo sintiendo, cosa que muchos no hacen y que solo van a ver una peli pensando, esta va a ser una paja mental de Coixet, asi es que desde ya, digo que es un rollo y me quito de problemas. Me ha gustado porque me he metido en la historia. Porque he entendido a Reiko, porque he odiado y amado al mismo tiempo al personaje de Sergi Lopez, porque sé que hay tios así, porque sé que hay mujeres como Reiko. Aunque sea en Japón, en la conchinchina o en un suburbio de Madrid. Porque entiendo al captador de los sonidos de Tokio. Porque Coixet, para mi, solo ha querido plasmar su idea de la capital nipona, y contar una historia de amor o desamor, o egoismo, y que si para ello se ha servido de primeros planos (por cierto, los ojos de Sergi son irresistiblemente humanos, no he visto nunca en mi vida una mirada tan calida) pues bravo por ella. No creo que los haya hecho para parecerse a Kar-Wai (me quieren decir los críticos que prefieren los casi cinco minutos insufribles de deseando amar donde los protas ni se tocan, que esa mirada de López a Reiko... no me lo creo). A veces es mejor no saber tanto de cine...
A mi me gusta desde Kieslovsky (Rojo siempre será mi peli favorita), a Woody Allen. Lo que no soy en comida, lo soy en el cine, es decir, lo pruebo todo. Y creo que me lo debería aplicar a la comida también. Porque creo que es enriquecedor ser espectador del mundo, y no solo ceñirse a lo que "creo" que me va a gustar. Que no me voy a gastar los 7,50 para ver guerra de novias, pues ya te digo yo que no. Y que vi el Padrino y no me gustó, y a la de estas el que me este leyendo ya me quiere matar, pues también te lo digo. Porque en el cine, como en la vida, hay que tener criterio propio. Y no dejarse guiar por lo que te digan. A veces uno coincide con la mayoría y otras no. Pero como todo. Hay gente a la que no le gusta el caviar y no le va a empezar a gustar porque valga 100 euros el gramo. Pues eso.

lunes, 31 de agosto de 2009

Mi experiencia italo gallega

Este veranito me he calzado dos destinos, bien distintos y de diferente intensidad y duración. Mi primera incursión fue en Italia y en concreto Roma, ciudad eterna??. No se si es por qué venero Madrid pero a mi, Roma se me ha quedado obsoleta. A parte de cocerte vivo por esas calles romanas, los únicos atractivos son los consabidos Coliseo y foro donde creerás que estás en una calle de Almería porque hay más españoles que moscas. El calor hizo mella en mi estado de ánimo, en mi cuerpo y en mi mente (a mi el calor me derrite directamente la única neurona que tengo) pero en general la experiencia (y la compañía, como no) se puede considerar como buena. Aunque no puedo por menos que criticar a Berlusconi porque se podría gastar el dinero en lugar de en velinas que le llamen papi, en mejorar la calidad de su transporte público (los trenes eran directamente de cuando Mussolini iba en pantalón corto). No se si formará parte del carácter italiano, pero viendo lo que he visto se me hace muy cuesta arriba pensar que fue en su época el mayor imperio jamás creado. La actitud de sus habitantes me parece más del tipo "quiero ser como Canavaro, ellos y quiero ser como Gregorachi, esto es cazar a un Briatore, ellas". Asi es que en esas estamos.
Mis vacaciones en Roma cual Audrey Herpun pero sudando como una cerda se contraponen a mi finde gallego. Nada que ver. He estado 3 días en A Coruña y me parece increible como puede haber una ciudad taaaaan bonita y con tan buena calidad de vida. Desterrando el tópico de los horteras de no voy al norte porque llueve o no vaya a ser que quemen delante de mis narices un contenedor, he decir que para mi, mientras haya 10 grados menos que en Madrid (para pasar calor me quedo aqui), y se pueda comer decentemente, a mi, me vale. Pues esas premisas la supera con creces el paraje coruñes. Precioso paisaje, todo verde, comida buenísima, buena relación calidad precio y tiempo espectacular. Vamos, de saltársele a uno las lagrimas.
Conclusión: Que no se qué hacemos yendonos a pasar calor al lado de unas piedras que tienen más años que carracuca (aunque mucha historia, he de decir) cuando aqui en España hay unas ciudades espectaculares donde la calidad de vida, con perdón de Berlusconi, a mi, me parece infinitisimamente mejor.

viernes, 26 de junio de 2009

Billie Jean




Mira que yo no es que fuera fan de Michael Jackson pero hay que reconocerle el mérito. Siempre es de agredecer la existencia de artistas que marcan una época y que no se parecen a nadie ni nadie se les parece. Por eso son únicos. Como él.
Siempre que escucho esta canción me pongo a bailar, es inevitable.
Anita, te la dedico.

martes, 16 de junio de 2009

Por qué

Porque me haces reir
Porque me imitas la voz
Porque haces tu propia versión de las cosas que escribo (algo tiene que ver pero le pones tu puntillo)
Porque eres serio cuando hay que serlo
Porque eres formal
Porque eres leal
Porque me siento segura contigo
Porque das sensación de seguridad a todos los niveles
Porque contigo nunca hay problemas
Porque eres garantía de éxito
Porque solo dices lo que sientes cuando lo sientes
Porque nunca hablas por hablar
Porque siempre me das buenos consejos
Porque eres como el libro La Reina de las Nieves
Porque nunca conocí a alguien como tu
Porque he aprendido a conocerte
Porque me ha gustado el aprendizaje contigo
Porque me haces ser mejor persona
Porque me has hecho madurar
Porque eres tú
Y solo eres tú.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Siete carambolas del cine español

Esta noche he visto Siete Mesas de Billar Francés.... Después de verla me he dado cuenta de que cuando hay un buen guión, unas magnificas actrices, unos actores secundarios brillantes y una más que buena dirección (es lo mejor que ha hecho Gracia Querejeta en mi opinión)... la pelicula es buena. Y da igual si es rusa, checa, norteamericana, francesa, italianao... o española
Mucha gente (tengo en concreto una amiga que dice que si la pelicula es española directamente ni se molesta en seguir sabiendo de qué va y mucho menos ir al cine a verla) que tiene muchos prejuicios contra nuestro cine porque piensa que o bien es una excentricidad más de Almodovar o un truño que se ha hecho para justificar la subvención que les ha dado el Ministerio de Cultura. Tenemos malos public relations de nuestro cine, las propias peliculas malas que se hacen, pero también se hace cine norteamericano malo de morirte (no véis en las marquesinas titulos tipo Guerra de Novias, 27 vestidos... que jamás iriaís a verlas) y no por ello se dejan de ir a ver peliculas por el simple hecho de que sean norteamericanas.
A mi me gustan las pelis que cuando has terminado de verlas te quedas con la sensación de que esos personajes son reales, se pueden palmar, tienen tres dimensiones... me pasó con Salvador, sobre Salvador Puig Antich, que a pesar de saber cómo acaba desde el principio (trata del último asesinado a garrote vil en España), me dejó un regusto a realismo y buen cine por todos los poros, tanto que cuando veo a Daniel Brul, su prota, pienso, pero si a este tio lo mataron hace 30 años. Pues eso.
Eso me ha pasado esta noche. Los personajes de Maribel Verdú y Blanca Portillo (por los clavos, Blanca qué grande eres...) son mujeres que te encuentras por la calle cualquier día. No son esas actricillas de medio pelo que interpretan a personajes que no tienen un duro pero que cambian modeli en cada escena (nadie se ha fijado en que en la serie Aida los personajes no tienen ni para pipas pero tienen más modelitos que Claudia Schiffer??). Son mujeres de verdad. Desgreñadas, con los pelos mal teñidos, ojerosas de no haber dormido pero de verdad.
Antes mencioné a Blanca Portillo porque su papel es excepcional de pies a cabeza. Es una mujer complicada, con mal genio pero te identificas con ella y poco a poco se va desgranando por qué es así. No asi de golpe como en otras pelis donde cuando menos te lo esperas te salta con que a ella la abandonó su madre y su padre la dejó pidiendo en la calle. No. La entiendes, y eso es gracias a un guión como la copa de un pino y a una actriz ni fea ni guapa, y que te suena porque parece tu vecina, la madre de tu amigo o la portera de tu casa. Así debe ser una actriz. Que te creas lo que hace.
Maribel Verdú me parece que ha hecho algunos papeles demasiado supravalorados, pero en este caso, con permiso de Blanca, es la mejor. Vamos, si no le hubieran dado el Goya, me encadeno en la puerta de la SGAE o de la Academia o donde sea. Cuando ganó el Goya se lo dedicó a los que se habían puesto contentos con que lo ganara. Me incluyo. Maribel, eres grande
Y diréis, si esta no ha hablado de qué va la peli. Pues es una historia normal y corriente de algo que le pasa a gente normal y corriente, sin ganadores, ni perdedores, ni moralinas, ni na de na. Vedla y me daréis la razón (un poquito, espero)

viernes, 22 de mayo de 2009

No me gusta el verano

Creo que es porque me gusta vivir anclada en la rutina y una hoja de ruta que seguir, no me gusta el verano. Porque el verano significa el fin de algo y la espera para ver como comienza lo siguiente. Sin saber muy bien como va a comenzar. Supongo que es porque a final de verano dejo a todos mis alumnos y después de él no se como me los encontraré. O puede que sea porque siento que se acaba otro curso y el anhelo de lo vivido durante él. No me gusta el verano porque todo es distinto. Porque hay una especie de tristeza en la ciudad, en los que nos quedamos cuando volvemos, como si no nos hubieramos ido. Madrid huele más a asfalto que nunca. Las tardes son perezosas, no tienen fin. Todo anima a tomarte una cerveza que si no tienes con quien no te la puedes tomar, o no es igual, y las tardes no son igual. Porque tienes que salir a la calle, porque no te puedes esconder, porque no te puedes refugiar dentro de tu abrigo, porque todo sale a la luz. Cuando era pequeña a pesar de ser aparentemente más feliz durante el verano que durante el invierno, me gustaba más el frio, las mañanas oscuras, las noches que aparecen temprano. Tumbarte en la cama a las 7 de la tarde, ver que es de noche cerrada y que no importa si te duermes en ese mismo instante porque todo te induce al sueño. En verano, parece que tienes que vivir más, y más tiempo y más feliz. Y cuando no se consigue te invade la melancolía. Quieres cerrar los ojos pero no puedes porque la ciudad sigue viva. La gente parece más hiperactiva. A la genet parece gustarle más el verano. Y tu te sientes obligada a que sea asi. Pero el verano y yo no tenemos empatía. A pesar de haber nacido en esta época del año. O tal vez por ello mismo anhelo su contrario. Durante todo el verano.

jueves, 21 de mayo de 2009

Mi homenaje a Benedetti

Aunque mi poesia de Benedetti favorita es Táctica y Estrategia que pongo detras de esta. Esta me ha gustado por su significado

Espero

Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo....




Táctica y estrategia

(Regina, va por ti, y tu ya sabes por qué)

Mi táctica es
mirarte
aprender como eres
quererte como eres.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en ti.

Mi táctica es
ser franco
y saber que tu eres franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

jueves, 23 de abril de 2009

Feeling, nothing more tan feeling

El feeling existe. Y en realidad solo es una mera cuestión hormonal, quimica. Nos pongamos como nos pongamos. Yo la verdad me maravillo de ver cómo somos los humanos. ¿Por qué te gusta alguien que acabas de ver?. Si no sabes nada de esa persona. ¿Y por qué sabes que a esa persona le gustas, aunque también te acaba de ver?. Todo es cuestión de piel, asi dicho en cursi.
A mi, saber que le he gustado a alguien, saberlo por ese feeling, nunca, jamás me ha fallado. Luego falta que me lance porque me falta ese puntito de arrojo. Pero como me dijo una vez un amigo mio "a los tios, a no ser que la tia no tenga nada que ver a nosotros, nos encanta que os lancéis". Yo no se si era porque mi amigo andaba más salido que el pico de la plancha pero creo que razón no le falta.
No es lo mismo que que te guste alguien, así a secas, que que te guste, porque además sabes, intuyes, o llámalo como quieras que le gustas.
Esas miradas, esa tensión no resuelta (vale, sexual), esas risitas ¿quien no ha sentido eso alguna vez?. ¿Y asi, en seco, cuántas veces os ha fallado esa intuición?. Si es de verdad, de la buena, nunca falla

martes, 14 de abril de 2009

Viva la República

Hay ángeles entre nosotros

Cuando yo era pequeña, mi madre era mi mundo. Y creía que todas las madres eran igual que la mía. Que como la mía, ponían el verduguillo hasta la axfixia por la mañana, traían el colacao en un tupper (en mi época no había briks) cuando había actividades extraescolares o siempre siempre hacían cualquier cosa por ver a sus hijos feliz (yo no era una niña facil, ni siquiera medio fácil, era extraordinariamente dificil de contentar, aún hoy lo soy pero hoy día tengo razonamiento y me aguanto). Pero no. No todas las madres son iguales. Y no creáis pero a mí me llevo un trauma averiguar que no todas las madres son como la mía. En serio eh. Y por eso me siento tremendamente afortunada por tener a alguien así a mi lado en todo momento. Mi madre supongo que no tiene nada de extraordinario. Es muy normal. Es desastrosa, no es de las que andan todo el día en tacones y con los labios pintados, y no fuma. Y es que a mí, mi madre me cae bien. Me caería bien si no fuera mi madre. Si la hubiera conocido en otro contexto. Me gustaría. Me gustaría, y mucho. Porque es bondad en estado puro, es reinvindicativa, es hilarante. Me acuerdo que cuando trabajaba en una revista del corazón, cuando llegaba por la noche harta y cansada del famoseo me decía ¿a qué no sabes lo que le ha pasado a zutanita hoy?. "Jolin, pues no", le decía yo sarcástica. Todo el puto día con el tema y ni idea tenía que tener. Pero le daba igual. Ella hacía su speach. Es todo bondad como digo. Lo tengo comprobado. 31 años viviendo con ella y jamás, jamás de los jamases la he visto ni una medio pizca de maldad. Y no es idealización. Que yo tengo muy mala leche y siempre ando pensando mal de la gente. Mi madre se las ha visto canutas para llegar a fin de mes y ha sido ella la que se ha sacrificado sin decir nada a nadie. Me ha hecho ver la realidad de las cosas sin imponérmelas (algo bastante chungo, no os penséis) y siempre ha hecho que yo dé mi brazo a torcer sin darme yo cuenta. He sido muy mala con ella. Lo reconozco. Siempre somos malos con los que vemos que nos van a querer a pesar de todo (por eso podemos lanzar esos faroles tipo "me voy de casa porque no te aguanto más"). Pero mi madre no se lo merece. Por eso creo que desde que dejé de ser esa niña que se ponía a chillar como una posesa porque la sopa estaba hirviendo (bueno aún hoy lo hago pero no chillo) o el cafe tenía la leche caliente... calienteeeee noooooooooooor, he intentado ser mejor persona con ella. No siempre lo consigo y no me gusto cuando no lo consigo, pero al menos lo intento. Ella también se cabrea conmigo y me llama espino lagunero, pero no se lo tengo en cuenta. Porque a los dos segundos ya se está descojonando... y yo también. Y me dice, "hay trinaranjus en la nevera".. y contra eso ¿quién se cree esas peleas de medio pelo?. Por eso me gustaba tanto quien me gustaba. Porque era piscis... como mi madre. Pero solo que no estaba obligado a cargar conmigo toda la vida. Y no lo hizo. Mi madre sí. Hay ángeles entre nosotros. Y yo tengo la suerte de tener algnos algunos más por ahi. Y eso me gusta.

De la amistad

Yo no sé realmente qué es lo que me hace congeniar con alguien. Es una especie de empatía que tienes desde el primer momento y que, si no desarrollas en ese instante, luego es muy dificil de tener. Yo siempre he pensado que la primera impresión es la que cuenta. Y aunque hasta hace nada creí que me había equivocado en ciertas ocasiones, porque a veces he terminado siendo amiga de personas que en principio pensé que jamás lo sería, al final mi intuición ha ganado la partida. A mi me gustaría pensar que le caigo bien a todo el mundo pero tenemos que vivir con el peso de que no le puedes gustar a todos. Porque es una cuestión de gustos, de afinidades, de contrapeso en algunas ocasiones. Y cuando sé que no le he caido bien a alguien, porque eso se ve, no lo fuerzo. Simplemente dejo que nuestros caminos fluyan distintos. Me ha pasado con compañeros de trabajo. No tienes por qué tener amplias conversaciones diariamente y alegrarte por ver a esa persona. Simplemente la ves y punto. Y vives con ello. Y también me pasa que, cuando a mi no me cae bien alguien, por muy bien que la otra persona crea que se va a llevar conmigo, pues como que no me sale. Pero luego hay otras opciones. El amigo o amiga que hace siglos que no ves, o ves de pascuas a ramos pero que te pones tan contento cuando te llama o le llamas y nada importa porque siempre ha habido esa empatía, y ese otro amigo, que ya sabías tu desde el principio que algo no encajaba, y que sin embargo has tenido a tu lado quizá por puro egoismo (hay gente que está con unos amigos hasta que encuentra otros que le caen mejor, es así de triste) y por eso, a las dos semanas de no llamarte o no hablarle, ya, como que parece que te da igual. Yo me quedo con los amigos a los que te gusta llamar, con los que te gusta cotillear, tirarte minutos sin hablar o ratos enteros hablando de tonterías. Reirte, confesar.. y saber que siempre estarán ahi y no te hará falta que el corazón se te ponga en un puño si tienes que contarle algo malo. Simplemente es fácil. A los amigos que realmente te conocen...

viernes, 3 de abril de 2009

Un poquito de poesia... de Borges

Me encanta

Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descanzar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.

miércoles, 1 de abril de 2009

Pozos de ambición

Yo no tengo ambición. Lo siento. Porque se que la ambición tiene un precio muy caro. La ambición se paga no haciendo lo que te gusta o trabajando muchas horas en algo que no te gusta o dando de lado a gente o pisoteando a los que te pueden quitar lo que ambicionas. Para ser ambicioso, además, creo que además de tener un puntito de maldad y sobre todo de mucho, muchísimo ego, hay que tener una buena dosis de suerte y falta total de miedo. Es decir, que esto es como el que miente. Yo miento fatal porque siempre tengo la idea de que el receptor de mi mentira es más listo que yo y me va a pillar fijo. Pero esto es como dice el protagonista de el libro de Almudena Grandes El corazón helado: La clave para mentir bien es creer que el otro es más tonto que tu. Y eso debe hacer mucha gente. Yo, lo siento. Soy incapaz de mentir bien (mentir claro pero mentir bien... jajaja ni de broma) dejar mal a un compañero, de demostrar al jefe o la jefa que soy la más valida, la mejor,. que hago las cosas más rapido. Eso, el jefe, si es listo, lo ve día tras día; no hace falta que se lo demuestres.
Sinceramente, a la gente que antepone su ambición a lo que le gustaría hacer en la vida, les tengo lástima. Porque yo se lo que es ambicionar y no llegar a nada. Yo antes tenía un trabajo donde me mataba a trabajar pensando que iba a ganar la leche de dinero e iba todos los días amargada al trabajo, tomándome dormidinas, yo, que me quedo dormida de pie (verídico, esperando en la cola del avión para ir a Sevilla) y ahora siento de verdad que hago lo que me gusta y encima me pagan con ello. Lo malo es que en todos los trabajos te encuentras a un ambicioso. Que cree que tu eres un peon más que derribar. Y en vez de dejarte en paz, que sería lo suyo, como le haces falta, o también porque se siente amenazado (no hay que olvidar que el hombre al fin y al cabo actúa por miedo) te da por culo (con perdón). Y en esas estamos. Antes en mi antigua agencia, aunque el ambiente era bueno y el trabajo pasable, como tenía una mosca cojonera jodiendome todo el santo día porque pensaba que le iba a quitar el puesto, pues terminé amargada. Y ahora, que estoy bien, me gusta lo que hago y me llevo genial con mi jefa, pues tengo a otra. Ley de vida!. Aprenderé a mentir. Pensaré que esa mosca es más tonta que yo (venga nena, tú puedes)

viernes, 27 de marzo de 2009

Einaudi

Todo es cuestión de equilibrio

Me gusta la vida ordenada. Que todas las partes que la conforman fluyan y no haya escollos. Supongo que eso es lo que querrá la mayoría de la gente, aunque no lo tengo tan claro. Hay gente más aventurera, que no concibe el dia sin que le pase algo interesante, estresante, excitante. Yo, debo tener menos espiritu aventurero que Casimiro que se iba a la cama a las 8, porque a mi lo que me estresa son los cambios. Bueno, más que eso, me estresa cómo van a salir esos cambios.
A día de hoy creo que tengo equilibrio. Me falta irme de mi casa y eso me estresa pero creo que se terminará solucionando. Todo se termina solucionando como leí en no se qué libro sobre mujeres treinteañeras.
¿Lo que tengo es lo que soy?. Seguramente. Me gusta lo que hago estoy con quien quiero en este momento y creo que no debe preocuparme nada más. Entonces, ¿por qué a pesar de mi espiritu tipo marmolillo todos los días me levanto pensando que sería más feliz de otra manera?.
Como lei en otro libro "no es bueno obsesionarse con lo que se desea demasiado". Por esta regla de tres yo debería dejar de pensar en lo que quiero a toda costa y lo conseguiré. Ja. Como si eso fuera tan fácil. Y digo yo, cuando lo consiga ¿seré feliz?. O estoy siendo feliz ahora. Nunca lo sabré.

sábado, 21 de marzo de 2009

Aire fresco

Por qué, por qué, se preguntaba. Por qué cuando pensaba en él le gustaba, le subia una especie de electricidad que iba desde los pies a la cabeza. Era química pura. Su mundo se paralizaba. No sabía describirlo. Sólo le gustaba, pero no sabía por qué. Por qué las cosas no podían ser tan fáciles. Por qué simplemente no le mandaba un sms donde le pusiera "dentro de una hora voy a tu casa, dime donde vives". Sabía que si lo hacía él no tardaría ni medio segundo en responderle. Vivo en tal calle. Ven. Pero qué era lo que la agarrotaba la mente, el cuerpo, qué es lo que le paralizaba.
Recordaba el último día en que no estuvo angustiada. Recordaba exactamente el último día en que fue feliz. Todos los días contaba un día más desde el último día en que pensó que la vida podía ser otra cosa. Y otro día que sabía que, por mucho que se esforzara, por mucho que pusiera buena cara y fuera optimista, no volvería a serlo. Jamás. Simplemente se dejaba caer, día tras día. Se levantaba a las 8, su despertador sonaba a intervalos de 10 minutos y eso le servía para organizarse. De 8 a 8 y 10 me ducho, de 8 y 10 a 8 y 20 me visto y hago la cama. A las 8 y 20 voy a desayunar a la cocina. A las 8 y media salgo de casa. Y así, día, tras día, tras día.
Reuniones, discusiones tontas, trabajo trabajo. Comida, paseo después de salir de trabajar, tal vez compras en el zara de al lado de la ofi, una tienda que se sabía de memoria. Inglés los martes, taichi los jueves. Salida los sábados. Con otro que no era él. Pero para qué, se decía. Para qué, para qué, de qué me servirá mandarle un sms, qué irá después, qué pasará.
Nada. Por ninguna de las dos partes. Es mejor arrepentirse de lo que has hecho de lo que no has hecho. Mentira. Nunca se sabe. Lo que sí que se sabe es si no haces nada.
Le había visto en la calle. Él la había mirado. Ella también. No eran desconocidos. Tampoco conocidos. Qué eran. No sabía lo que el sentía. Seguramente la creería una niñata. Una inexperta. Eso la ayudaba. La ayudaba para no hacer nada. No hacía nada. Y se sorprendía pensando ¿tal vez si voy a su casa se me quitan todos los males?, quizá. Quizá sí. Se sentía como si solo tuviera para vivir un resquicio de aire que conseguía abriendo un poquito la ventana. Y que ahora no sabía si tenía los medios para abrir la ventana del todo y respirar, respirar, permitir que el aire entrara por los pulmones. Se había conformado con ese poquito de aire. Aunque sabía lo que era respirar plenamente. Hacía tres años ya que no lo experimentaba, pero lo sabía. Lo que no quería es que la ventana se volviera a cerrar. No podría vivir otra vez con un poquito de aire sabiendo lo que era sentir todo el aire en la cara. ¿Prefería vivir asi?. ¿Cuándo se abriría la ventana?

martes, 10 de marzo de 2009

El síndrome de Stendal

A lo largo de mi vida he podido darme cuenta de algo tan perogrullesco como que a cada uno de nosotros nos motiva algo diferente. Es obvio, pero muchos no entienden que sus gustos no sean compartidos. Así, como hay muchos que sueñan durante toda la semana para ver un partido de fútbol el sábado o el domingo, yo sueño con pirarme al Teatro Arriaga o a la Maestranza, o al Palau para ver una ópera u oír dirigir a Pedro Halffter por poner un ejemplo.
Cada uno sabe lo que le motiva desde su más tierna infancia. Cada uno sabe desde bien temprano qué es lo que le hace tener ese calorcillo en el estómago. A unos les pasó nada más escuchar una canción de Michael Jackson o al ver un cuadro del Greco, o al ver a Raúl marcar un gol. A mi me pasó cuando descubrí que la música son notas, y a partir de ahí empecé a cantar las canciones sólo con las notas con las que habían sido compuestas, o cuando vi muchacha en la ventana de Dali allá por el 96 o al escuchar a un compositor del que yo no tenía noción alguna, Rachmaninov. O al emocionarme cuándo vi un Janacek en el Teatro Real (El destino), o al ver las vistas que se alzaban desde el Sagrado Corazón en París o al leer a Wen Hui o a Margarite Duras, o a la gran Almudena Grandes (me tiré mis buenos 10 minutos llorando cuando acabe El Corazón helado y eso que yo no suelo llorar nunca). O viendo a Kate Winslet afirmar con rotundidad que cumplía con su deber de carcelera de Austwich cuando dejó morir abrasadas a centenares de mujeres, en la peli El lector. Lo sabes. Es como cuando estas enamorado. Eso, se sabe.
Dije que nunca me fiaría de nadie a quien no le gustan los perros o que no toma café por las mañanas a no ser que lo tenga prohibido. Añado una: Nunca te fíes de nadie al que no se le mueve algo dentro por algo fuera de lo común.
¿Por qué escribo hoy este post?. Porque ese calorcillo en el estómago me ha asaltado de nuevo hoy con un compositor totalmente desconocido para mi: Ludovico Einaudi. Y me gusta pensar que viviré más momentos de este tipo. Que los viviré cuando huela un perfume desconocido por la calle, o me lo pase bien con un libro, o al oír una canción en la radio, o al ver un cuadro (Arika, mi último gran descubrimiento) y que por eso, dejaré que el Sindrome de Stendal entre en mi alma y mi mente y no se vaya jamás. Y por eso, me emocionaré cuando la orquesta deje de tocar, o los actores se cojan las manos sobre el escenario e hiparé como una boba (algo que jamás volveré a confesar). Por eso admiraré tantísimo a gente cuyo trabajo es hacer pasar un buen rato a la gente. Por eso, gracias a los creadores de arte me daré cuenta de que además de estar viva, a ratos, puedo permitirme un poquito de felicidad. Los que no sientan esto jamás a lo largo de su vida, no saben que están viviéndola al 50 por ciento y que es maravilloso vivirla al 100 por 100 aunque sea por un minuto.

viernes, 6 de febrero de 2009

Do con la derecha y sol con la izquierda o cómo aprender piano en 500 cómodas sesiones

Para aquellos que no me conozcan (hablo como si tuviera los mismos lectores que Maruja Torres en el EPS jajajaj), diré que uno de mis pluriempleos más fructíferos es el de profesora de piano. Siempre que digo que estudie piano y que llegué hasta octavo tengo la sensación de que la peña cree que debo tocar de la leche, pero no es así. Es decir, se tocar la patética de Beethoven y leer obras a simple vista (con la derecha mery), pero no me pides que interprete un improntu de Chopin porque me bloqueo y tampoco que trabaje en un piano bar porque si improviso solo me salen canciones de Richard Clayderman. Yo siempre digo que a mí mi madre me metió en el Conservatorio con 10 años y que yo por inercia, como el que va a natación o kárate, iba tres días a la semana hasta que un buen día me di cuenta de que estaba en octavo, y sin tiempo de mirarme los pies, situación en la que he estado toda mi vida y oye, tan contenta. Pero me di cuenta de que llegué a un tope. Que no me valía la pena estar 17 horas diarias tocando porque realmente yo, pianista no iba a ser. Así es que antes de frustarme como muchos de mis compañeros, terminé mi carrera de periodismo, y cuando terminé y vi que no encontraba trabajo escribiendo me dediqué a dar clase como el que no quiere la cosa. Y hasta hoy.
Las clases siempre han estado ahi. Da igual que estuviera trabajando por 200 euros en intereconomía, en el Diezmi por bastante más, en una agencia de comunicación en la que no paraba o en la revista en la que estoy ahora. No sé cómo me las he apañado que siempre lo he compatibilizado con dar clases. Y por qué. Porque me gusta. Y creo que se me da bien. Y el dinerito es fácil, no tienes jefe que te este dando por saco y si quieres vas, y si quieres no. (no cobras, claro pero las horas extra tampoco se cobran y no tienes más remedio que hacerlas ¿no?).
Este año es el año que más clases tengo. 14 alumnos chaval. Yo ya me he vuelto loca, directamente. Y mis alumnos son de todo pelaje y condición. Desde un adolescente de 16 años, un matrimonio de 40 y tantos, una niña de cinco, o dos diablillos de 9 y 13. Ah y una agradable señora de 40 y pocos con la que voy practicamente a echar la tarde. (y tocar claro). ¿Y donde viven?. Pues practicamente por todo el noroeste. Así es que mis compañeros los autoperifericos (mi amiga Ana sabe a qué me refiero) se vuelven locos cuando me ven indistitamente en el 625, 627 626... y sin contar con los de la llorente, 651 o 657... Lo mio es quemar el abono y lo demás tonterías.
Yo voy, me siento, se ponen a tocar y al rato estoy... "mi con la derecha, sol con la izquierda, mi con cuarto, miiiiiii no reeeeeeee... ¿pero tu te sabes las notas? ¿no? ¿a qué esperas?". Vamos, a la vista está que no espero que se presenten al concurso de piano de santander Paloma O 'Shea. Pero también hago de psicóloga infantil y pongo voz de tonta y cuando uno, aunque solo sea uno de ellos me toca una pieza entera, ganas me dan de salir a la calle y gritar ¡¡¡ SE LA HE ENSEÑADO YO!!! ES OBRA MIAAAAA.
Y al fin y al cabo ¿sabes (is) querido (s) lector (es)? (por si tengo más de uno, que no lo tengo yo tan claro). Que dar clase te curte. Te hace ir por la vida hablando como si explicaras las cosas como para pastores, entrelazando las frases con las palabras adecuadas y teniendo más paciencia que el santo job. Todo sirve en esta vida. Ah, y mis alumnos repiten. Tan mala no seré ¿no????.
Pues eso, que do con la derecha con primero y sol con la izquieda....mmm con quinto

martes, 13 de enero de 2009

El sueco que amaba los best seller

Estas navidades me he puesto ciega a leer. Nada de deeses y wis y playstations... el mejor regalo es un libro que enganche. Y os garantizo que la saga de Stieg Larsson engancha hasta al que solo lee la guía de la tele o los gratuitos
Su autor,sueco para más señas, murió antes de ver publicado el primer volumen de esta trilogía que lleva el título de Millenium y que la conforman tres volúmenes (El hombre que no amaba las mujeres; La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire, este último inédito en España y que saldrá en junio... estoy por aprender sueco por correspondencia para leermelo YA) y por tanto, no vivió para conocer el éxito de sus novelas. Para mí, estas anécdotas, se deberían quedar en eso anécdotas. Porque para paradojas en el mundo literario ya tenemos al autor de la Hoguera de las vanidades. Pues eso.
Empezemos por el principio. Qué me puede atraer a mi de una historia que esta cuajada de nombres suecos, que parecen nombres de muebles de Ikea, paisajes nevados pero bien (y no los nuestros) y peña cuya máxima distracción es meterse en casa a las 4 de la tarde porque no hay ni kiski por la calle y está todo más oscuro que la boca del lobo. Pues que son historias de intriga descarnada con personajes de los que te gustaría ser amiga. Y estan contados de forma amena, como para pastores, y no te pierdes en ningún momento. (algo poco habitual en una novela de intriga).
La primera parte, Los hombres que no amaban a las mujeres, nos presenta a su prota Mikael Blomkvist, (ese nombre es normal pero a partir de aqui todos los nombres son svenson, larson ,kriston, martinson, perenson y la madre que parió a peneque, y los apellidos otro cuarto de lo mismo, que hay algunos que solo se diferencian por dos letras y te tienes que hacer un croquis), un periodista, me imagino que alter ego de su autor, guapete (es sueco mery), agradable, ligón, majo... (vamos quiero uno así ya) y encima integro, al que le condenan por publicar una información errónea de un empresario asqueroso (pero luego veremos que no es así, que es tan integro que hasta va a la carcel por sus ideas). El hombrecillo está muy alicaido porque además es editor jefe de Millenium, la revista en la que publicó el articulo que le llevó ante la justicia y que claro, va de mal en peor. Y de repente, zas, aparece un prestigioso empresario que le encarga buscar a su sobrina, desaparecida hace 40 tacos. Y para investigar se tiene que ir al norte de suecia y congelarse a 40 grados bajo cero. Pero... no estará solo....!!! Le ayudará Lisbeth Salander, una investigadora privada un tanto peculiar (metro cincuenta, 40 kilos y llenita de tatuajes y piercings), y un hacha de la informática.... y hasta ahí puedo leer....
Nada más terminarmelo me quedé con ganas de mas y vive dios que si el tal Larson se hubiera muerto nada más acabar el primer volumen, hubiera sido capaz de ir a reanimarle hasta Estocolmo... pero nooooon!. Escribió dos más... pero by the moment os dejó que os leáis el primero, y si tenéis ganas de más, que sepáis, que el segundo está, si cabe, mejor.

domingo, 11 de enero de 2009

are we human or are we dancer???

All I need is looking for the answer....