jueves, 22 de octubre de 2009

Decisiones

Hace dos años por estas fechas tomé una decisión. A veces (bueno, la mayoría) me encantaría poder deshacer como deshacemos en word, para ver en qué hubiera quedado todo si hubiera elegido otra opción. Trato de ser optimista y decirme a mi misma que tomé la decisión correcta. Pero, como todo en esta vida, hay pros y contras. Esa decisión tuvo pros, que por entonces veía que pesaban demasiado como para no tomarla y muy pocas contras. Hoy día, después de ver cómo se desarrolló todo, no me puedo explicar cómo no supe ver que esos pros eran humo comparado con los contras que tenía y que ahora veo, pesaban mucho más.
Los pros: Vivir mejor y conseguir que mi salud mental no se resintiera. Los contras: Eliminar de un plumazo la estabilidad económica que tenía. Ahora: Pros: He conocido gente muy interesante que de otra forma no hubiera conocido y mi salud mental es mucho mejor que antes. Contras: Vivo constantemente sobre la cuerda floja.
De mis palabras se deduce que prefiero vivir de forma estable, economicamente hablando, aunque mi salud mental y física se resienta. Bueno, es una opción. Ahora mismo tengo la cabeza bastante bien pero si sigo caminando como una funambulista sobre la fina cuerda bajo mis pies, se que se terminará resintiendo.
Yo me pregunto. ¿Por qué no puedo vivir tranquila, aunque sea una vez en la vida?. ¿Por qué si yo tomo una decisión que yo creo que va ser por mi bien, no me va bien?. ¿Por qué la vida se empeña en ponerme piedrecitas, cuando no pedruscos por el camino?. Como diría Alex Rovira, escritor que según te levantes te da ganas de matar o le escuchas atentamente, la vida son cosas buenas y malas. Y creo que mi problema es pensar que la vida tienen que ser cosas buenas a la fuerza. Pero digo yo, ¿no he vivido yo ya demasiadas cosas malas? (embargo de casa, que mi novio me deje por otra, que me echen del trabajo, un padre con el que me puedo tirar meses sin hablarme?). No, no las he vivido. Supongo que hay más peajes que pagar. Y cosas peores, con lo cual, encima, no te puedes quejar. Porque si lo haces otro te dirá que hay cosas peores, por supuesto que si. Asi es que como dice mi madre "no escupas al cielo". Porque ¿quién puñetas me he creido yo en este universo para ser feliz? ¿Quien te ha dicho que las cosas te deben ir siempre bien?. Yo no pido eso. Solo pido lo que tienen muchas personas. Despertarte y que la mente no te vaya directamente al problema que tienes sobre la cabeza ese día. Levantarte y solo pensar. Hoy puede ser un buen día. Aunque sea una vez. Yo, y aunque parezca dramatico es así, no recuerdo ni un solo día donde mi cabeza no se fuera solita al problema del día. Vale, va, supongo que a estas alturas de la lectura, todo el mundo pensará, qué drámatica, todo el mundo tiene problemas. Vale, pero como yo solo vivo en mi mente y en mi cuerpo, para mi, mis problemas son los más importantes. Y ya está. Por mucho que empatices con los de los demás. No es lo mismo. Y los que me lean, me darán la razón en que no, no es lo mismo.

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