lunes, 29 de marzo de 2010

Mi lugar de trabajo


Al final no me he cambiado pero todo se andará... mira que me gusta mi puesto de trabajo...

jueves, 25 de marzo de 2010

Todo se termina solucionando

Me temo que en contra de mi estado de ánimo habitual, estos días me he sentido un poco pesimista. Pero he de reconocer que siempre que llueve escampa. Qué gran verdad. Por muy mal que uno lo pase, por mucho que tenga la sensación de que quiera morirse, pasa.
Y aunque los haya que me quieran matar por mi espiritu optimista (a veces parezco Heidi) a ellos les digo que hay que buscar las pequeñas cosas de la vida que son con las que no quedaremos en el futuro. Lo malo pasa y no nos acordaremos. El sentimiento de infelicidad no se puede recordar. El de felicidad sí. Haced la prueba. Yo al menos la he hecho, he tratado de recordar lo mal que lo pase antaño y no puedo. Y trato de recordar el olor de mi madre cuando era pequeña y puedo perfectamente. Puedo perfectamente acordarme de lo contenta que me puse cuando aprobe mi carnét de conducir (con 600 clases vosotros y a la primera vosotros también os alegrariaís) o cuando terminé de leer Juntos nada más o La amaba de Anna Gavalda.
Y qué me hablaís de la sensación que os sobrecoge cuando os acordaís de alguien...
Yo voy en el autobus y de repente, solo con ver alguien que se le parece, se me abre una mediosonrisilla de medio lado que no puedo controlar. O con oler a alguien que lleve su perfume... o con oir esa palabra .... no lo puedo evitar. Y como tonta no hago absolutamente nada para volver a escucharla de labios de quien la quiero escuchar. quiza porque si las oigo las cosas no podrán volver a este hipnótico tiempo muerto. Y a mi me gustan los tiempos muertos. Aunque duren años como este.
O porque temo que el encanto desaparezca... como por arte de magia
Vamos, que yo quería escribir un alegato a favor del optimismo y como siempre he terminado hablando de lo que no debiera
Pues eso, el optimismo nos hace más atractivos. Solo por eso merece la pena serlo...

lunes, 22 de marzo de 2010

canciones que no puedo dejar de tararear

Me pasa como con los libros. No sé qué canción me va a gustar a priori y cuál no. Pero me gusta saber que siempre tendré una canción nueva sobre la cabeza. Si alguien va conmigo a mi lado largo tiempo se dará cuenta de que en algún momento empezaré a tararear. Soy yo asi :p.

una nueva a mi colección

martes, 16 de marzo de 2010

Penas del alma

No me ocurre nada en concreto, preciso, pero noto como si estuviera en una rotonda en londres, que no se como salir de este bucle. Aunque mi trabajo es ameno y mis clases aún más siento que necesito algo y no sé lo qué es. Necesito como abrir una ventana zaas, no habéis tenido una sensación de opresión pero que no te pasa nada fisico si no que se necesita algo algo ya, como si te pica una parte del dedo, de la mano y no sabes lo que es
lo que tiene delito es que no me pase nada concreto. Pero es lo peor porque no sé lo qué es. Tal vez se me pase con un cambio de aires, o apuntandome a un curso de la casa encendida (lo mio es obsesión) o con algo excitante y divertido...
Ya se me ocurrirá algo (en esto soy muy creativa)

lunes, 8 de marzo de 2010

And the Oscar goes toooooo

Me pirran los Oscar. No sé por qué siento tanta fascinación por unos premios, que a decir verdad, a mi, ni me van ni me vienen. Pero me encantan. Qué le voy a hacer.

Me sé qué actores y actrices han ganado tan preciada estatuilla desde 1990 y, antes de dormir (para mi es como contar ovejas) hago memoria de los galardonados desde hace ya 20 años. (y me funciona muy bien)

Creo que me gustan porque siempre se hace eso que algunos llaman "justicia moral", que seguramente no será otra cosa que "intereses más que creados" pero bueno, al común de los mortales como a mi, nos gusta pensar que no hay chanchulleos, que todo es claro, cristalino. Y que ganan los que tienen que ganar. Ja ja ja ja, se me salta la pleura solo de pensar que pueda ser así.

En fin, que este año, los americanos han vuelto a dar la campanada dandole el premio a una mujer (ooooooooh dios mio, que notición, cuándo vamos a dejar de ser diferentes si siempre se nos remarca esa diferencia constantemente).

No he visto la peli pero sí vi Avatar y mi cierta experiencia en cine (a mi me gusta lo que me gusta, me da igual que sea bueno o malo) me decía que sí, que está muy bien pero una peli en la que ni los actores ni el guión han sido siquiera nominados, como que es raro que gane el Oscar a la mejor cinta del año.

A mi me gusta una peli en la que el actor, o la actriz o la dirección me lleguen al alma. Hace años, muchos ya, vi (en mi casa mi hermano y yo siempre hemos visto de todo con apenas 10 años, mis padres eso de la educación como que lo aprendian por ensayo-error) La decisión de Sophie con Meryl Streep. Yo no conocía nada de esa mujer, ni siquiera sabía su nombre. Pero aún me acuerdo los lagrimones a pares que se me caían en las escenas más duras. Yo, que ni me acuerdo cuando lloré la última vez. O cuando vi a Dustin Hoffman en Kramer contra Kramer o a Bárbara Streisand en Tal como eramos, en la última escena, cuando le coge le coloca bien el pelo a Robert Redford (quién sabe colocar así de bien el pelo) sabiendo como sabe que jamás lo va a volver a ver o a Kate Winslet hacer las maletas antes de irse de su casa, en el Lector. O a la gran Cecilia Roth en todo sobre mi madre (grande grande) o a Maribel Verdú más callejerilla que nunca en Siete mesas de billar francés o a la gran gran Blanca Portillo en los abrazos rotos (que manera tan elegante de llevar el cuello vuelto dioos)

Ganar, ganarán una pasta pero a mi me conmueven.

Y mira tu, pero a mi, me gustan los Oscar aunque no sean más que una pandilla de amigos de los de "hoy por ti y mañana por mi". Me gusta pensar que no es así. Y al menos sueño un rato, que bastante dura es ya la vida de por sí.

Pues eso

jueves, 4 de marzo de 2010

Revelaciones de después de...

ÉL. ¿Tienes algo que hacer mañana?

A ella la pregunta le pilló totalmente desprevenida. No tenía experiencia en polvos de una noche pero tenía la intución por lo mucho leido aunque lo poco vivido, que si se llamaban de una noche eran precisamente porque no había ningún "mañana"

Pero ese "tienes" implicaba o no implicaba, según se viera, mil cosas a la vez. Aún así respondió rapida

ELLA. Quedarme hasta las 12 en la cama

ÉL ¿Qué quieres hacer luego?

Vaya, pensó. Esto si que es nuevo en el guión. Lo que no sabía era por qué no se había ido ya a su casa. No sabía por qué seguía tumbado a su lado. Aunque sabía que solo quería que se fuera porque mejor pronto que tarde, no porque ella quisiera que se fuera. Las cosas cuanto antes mejor.

Pero había empleado el verbo querer y en presente. Nada de condicionales

ELLA: Irme a mi casa

Para chula yo, pensó.

Silencio tenso. Ella podía oirle respirar. De repente sintiio su pie acariciando su pierna

ÉL: Donde quieres que te lleve a comer

Bingo. Descubrió su punto debil. Le encantaba esa frase. Le sonaba paternalista, pero le gustaba aunque significara un punto de sumisión. Pero tenía que reconocer, que ese "quieres" le encantaba. Estaba claro que él no había escuchado o no había escuchado con contundencia su "Irme a casa".

Y, como él sabía que ocurriría, ella cedió pero no iba a ponerselo fácil. Él hasta podía sentir su sonrisa de medio lado que tanto le gustaba, en la oscuridad.

ELLA. Mañana es sábado. No tienes a ninguna novia esperandote para que la lleves al cine o a cenar

EL. Donde quieres que te lleve luego a cenar.

Tema novia zanjado, pues.

ELLA Quiero ir a comer y a cenar donde este abierta la cocina todo el día

ÉL ¿Y eso?.

ELLA Porque ya que no me dejas irme a casa, algo tendremos que hacer desde que nos despertemos. Y me temo que nos va a llevar un buen rato...