jueves, 23 de abril de 2009

Feeling, nothing more tan feeling

El feeling existe. Y en realidad solo es una mera cuestión hormonal, quimica. Nos pongamos como nos pongamos. Yo la verdad me maravillo de ver cómo somos los humanos. ¿Por qué te gusta alguien que acabas de ver?. Si no sabes nada de esa persona. ¿Y por qué sabes que a esa persona le gustas, aunque también te acaba de ver?. Todo es cuestión de piel, asi dicho en cursi.
A mi, saber que le he gustado a alguien, saberlo por ese feeling, nunca, jamás me ha fallado. Luego falta que me lance porque me falta ese puntito de arrojo. Pero como me dijo una vez un amigo mio "a los tios, a no ser que la tia no tenga nada que ver a nosotros, nos encanta que os lancéis". Yo no se si era porque mi amigo andaba más salido que el pico de la plancha pero creo que razón no le falta.
No es lo mismo que que te guste alguien, así a secas, que que te guste, porque además sabes, intuyes, o llámalo como quieras que le gustas.
Esas miradas, esa tensión no resuelta (vale, sexual), esas risitas ¿quien no ha sentido eso alguna vez?. ¿Y asi, en seco, cuántas veces os ha fallado esa intuición?. Si es de verdad, de la buena, nunca falla

martes, 14 de abril de 2009

Viva la República

Hay ángeles entre nosotros

Cuando yo era pequeña, mi madre era mi mundo. Y creía que todas las madres eran igual que la mía. Que como la mía, ponían el verduguillo hasta la axfixia por la mañana, traían el colacao en un tupper (en mi época no había briks) cuando había actividades extraescolares o siempre siempre hacían cualquier cosa por ver a sus hijos feliz (yo no era una niña facil, ni siquiera medio fácil, era extraordinariamente dificil de contentar, aún hoy lo soy pero hoy día tengo razonamiento y me aguanto). Pero no. No todas las madres son iguales. Y no creáis pero a mí me llevo un trauma averiguar que no todas las madres son como la mía. En serio eh. Y por eso me siento tremendamente afortunada por tener a alguien así a mi lado en todo momento. Mi madre supongo que no tiene nada de extraordinario. Es muy normal. Es desastrosa, no es de las que andan todo el día en tacones y con los labios pintados, y no fuma. Y es que a mí, mi madre me cae bien. Me caería bien si no fuera mi madre. Si la hubiera conocido en otro contexto. Me gustaría. Me gustaría, y mucho. Porque es bondad en estado puro, es reinvindicativa, es hilarante. Me acuerdo que cuando trabajaba en una revista del corazón, cuando llegaba por la noche harta y cansada del famoseo me decía ¿a qué no sabes lo que le ha pasado a zutanita hoy?. "Jolin, pues no", le decía yo sarcástica. Todo el puto día con el tema y ni idea tenía que tener. Pero le daba igual. Ella hacía su speach. Es todo bondad como digo. Lo tengo comprobado. 31 años viviendo con ella y jamás, jamás de los jamases la he visto ni una medio pizca de maldad. Y no es idealización. Que yo tengo muy mala leche y siempre ando pensando mal de la gente. Mi madre se las ha visto canutas para llegar a fin de mes y ha sido ella la que se ha sacrificado sin decir nada a nadie. Me ha hecho ver la realidad de las cosas sin imponérmelas (algo bastante chungo, no os penséis) y siempre ha hecho que yo dé mi brazo a torcer sin darme yo cuenta. He sido muy mala con ella. Lo reconozco. Siempre somos malos con los que vemos que nos van a querer a pesar de todo (por eso podemos lanzar esos faroles tipo "me voy de casa porque no te aguanto más"). Pero mi madre no se lo merece. Por eso creo que desde que dejé de ser esa niña que se ponía a chillar como una posesa porque la sopa estaba hirviendo (bueno aún hoy lo hago pero no chillo) o el cafe tenía la leche caliente... calienteeeee noooooooooooor, he intentado ser mejor persona con ella. No siempre lo consigo y no me gusto cuando no lo consigo, pero al menos lo intento. Ella también se cabrea conmigo y me llama espino lagunero, pero no se lo tengo en cuenta. Porque a los dos segundos ya se está descojonando... y yo también. Y me dice, "hay trinaranjus en la nevera".. y contra eso ¿quién se cree esas peleas de medio pelo?. Por eso me gustaba tanto quien me gustaba. Porque era piscis... como mi madre. Pero solo que no estaba obligado a cargar conmigo toda la vida. Y no lo hizo. Mi madre sí. Hay ángeles entre nosotros. Y yo tengo la suerte de tener algnos algunos más por ahi. Y eso me gusta.

De la amistad

Yo no sé realmente qué es lo que me hace congeniar con alguien. Es una especie de empatía que tienes desde el primer momento y que, si no desarrollas en ese instante, luego es muy dificil de tener. Yo siempre he pensado que la primera impresión es la que cuenta. Y aunque hasta hace nada creí que me había equivocado en ciertas ocasiones, porque a veces he terminado siendo amiga de personas que en principio pensé que jamás lo sería, al final mi intuición ha ganado la partida. A mi me gustaría pensar que le caigo bien a todo el mundo pero tenemos que vivir con el peso de que no le puedes gustar a todos. Porque es una cuestión de gustos, de afinidades, de contrapeso en algunas ocasiones. Y cuando sé que no le he caido bien a alguien, porque eso se ve, no lo fuerzo. Simplemente dejo que nuestros caminos fluyan distintos. Me ha pasado con compañeros de trabajo. No tienes por qué tener amplias conversaciones diariamente y alegrarte por ver a esa persona. Simplemente la ves y punto. Y vives con ello. Y también me pasa que, cuando a mi no me cae bien alguien, por muy bien que la otra persona crea que se va a llevar conmigo, pues como que no me sale. Pero luego hay otras opciones. El amigo o amiga que hace siglos que no ves, o ves de pascuas a ramos pero que te pones tan contento cuando te llama o le llamas y nada importa porque siempre ha habido esa empatía, y ese otro amigo, que ya sabías tu desde el principio que algo no encajaba, y que sin embargo has tenido a tu lado quizá por puro egoismo (hay gente que está con unos amigos hasta que encuentra otros que le caen mejor, es así de triste) y por eso, a las dos semanas de no llamarte o no hablarle, ya, como que parece que te da igual. Yo me quedo con los amigos a los que te gusta llamar, con los que te gusta cotillear, tirarte minutos sin hablar o ratos enteros hablando de tonterías. Reirte, confesar.. y saber que siempre estarán ahi y no te hará falta que el corazón se te ponga en un puño si tienes que contarle algo malo. Simplemente es fácil. A los amigos que realmente te conocen...

viernes, 3 de abril de 2009

Un poquito de poesia... de Borges

Me encanta

Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descanzar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.

miércoles, 1 de abril de 2009

Pozos de ambición

Yo no tengo ambición. Lo siento. Porque se que la ambición tiene un precio muy caro. La ambición se paga no haciendo lo que te gusta o trabajando muchas horas en algo que no te gusta o dando de lado a gente o pisoteando a los que te pueden quitar lo que ambicionas. Para ser ambicioso, además, creo que además de tener un puntito de maldad y sobre todo de mucho, muchísimo ego, hay que tener una buena dosis de suerte y falta total de miedo. Es decir, que esto es como el que miente. Yo miento fatal porque siempre tengo la idea de que el receptor de mi mentira es más listo que yo y me va a pillar fijo. Pero esto es como dice el protagonista de el libro de Almudena Grandes El corazón helado: La clave para mentir bien es creer que el otro es más tonto que tu. Y eso debe hacer mucha gente. Yo, lo siento. Soy incapaz de mentir bien (mentir claro pero mentir bien... jajaja ni de broma) dejar mal a un compañero, de demostrar al jefe o la jefa que soy la más valida, la mejor,. que hago las cosas más rapido. Eso, el jefe, si es listo, lo ve día tras día; no hace falta que se lo demuestres.
Sinceramente, a la gente que antepone su ambición a lo que le gustaría hacer en la vida, les tengo lástima. Porque yo se lo que es ambicionar y no llegar a nada. Yo antes tenía un trabajo donde me mataba a trabajar pensando que iba a ganar la leche de dinero e iba todos los días amargada al trabajo, tomándome dormidinas, yo, que me quedo dormida de pie (verídico, esperando en la cola del avión para ir a Sevilla) y ahora siento de verdad que hago lo que me gusta y encima me pagan con ello. Lo malo es que en todos los trabajos te encuentras a un ambicioso. Que cree que tu eres un peon más que derribar. Y en vez de dejarte en paz, que sería lo suyo, como le haces falta, o también porque se siente amenazado (no hay que olvidar que el hombre al fin y al cabo actúa por miedo) te da por culo (con perdón). Y en esas estamos. Antes en mi antigua agencia, aunque el ambiente era bueno y el trabajo pasable, como tenía una mosca cojonera jodiendome todo el santo día porque pensaba que le iba a quitar el puesto, pues terminé amargada. Y ahora, que estoy bien, me gusta lo que hago y me llevo genial con mi jefa, pues tengo a otra. Ley de vida!. Aprenderé a mentir. Pensaré que esa mosca es más tonta que yo (venga nena, tú puedes)