martes, 23 de diciembre de 2008

Smoke gets in your eyes




He estado y sigo estando algo vaga para escribir desde que me partí la muñeca en la nieve (izquierda, que Dios aprieta pero no ahoga), y solo dejo que mis lindos deditos le den a la tecla para que me den de comer (esto es, para la revista en la que trabajo), pero hoy voy a hacer pellas y por eso me he decidido a escribir sobre una serie que desde que se estrenó el año pasado en el plus (una de las razones por las que no me voy de mi casa... papá, ya sabes que si me voy, desenchufo el plus y me subo a la terraza a quitar la antena... mio o de nadie jejeje) y que a mi me cautivó desde el primer momento: Mad Men
"Nena, el amor es una palabra que inventamos hombres como yo para vender medias". Esta frase, dicha con una bocanada de humo extraída de su Luke Straik por Donald Draper su prota y diretor de cuentas de Sterling & Copper, es el pilar sobre el que se sustenta esta serie. Esto es, machismo, chulería y ganas de vender.
Dicho esto, puede parecer que esta serie no tiene nada que ver conmigo: Odio el tabaco, a los machistas y bueno, a los chulos los perdono... pero si la veís, hombres o mujeres, os mostraréis cautivados desde el dedo gordo del pie derecho hasta el último pelo de la cabeza.
Uno de los motivos, es su prota: John Hamm. El HOMBRE HOMBRE. Un tipo guapo, educado, chulo, seguro de sí pero con un punto tierno y un oscuro pasado que no voy a desvelar, y que se pasa toda la serie bebiendo y fumando, como el resto de sus compañeros (la vida antes del milenio era así, o acaso no recordáis que antes era de lo más normal fumar como carreteros en las oficinas??). Otro motivo: El Nueva York de los 60 y sus agencias de publicidad. No se si es por haber tenido exceso de Capote en mis años mozos pero a mi, esa época y esa ciudad me han parecido siempre de lo más fascinante. Me hubiera encantado haber estudiado en la escuela de señoritas Bassar, llevar esas faldas vaporosas y caderoncias, ese pelo cardado y esos labios rojo cereza y hacer al andar fu fu. Haber entrado a trabajar en una de esas oficinas limpias grandes y luminosas sacadas de un cuadro de Hopper, a los 20 años y haberme jubilado allí con un horario de 9 a 5. Sí, vale, nunca he sido de las que estudian periodismo para sacar los trapos sucios del alcalde o inmiscuirme con una cámara oculta en la guerrilla guatemalteca. Yo soy así. Sosa jajaja.
Y el último, el de asistir al cambio de una sociedad machista a una más aperturista, y a soñar con los anuncios que antes (bueno y ahora pero menos) la gente veía y creía a pies juntillas...
Ah... espero anhelante la segunda temporada...Ah, muchos pensaréis que el título viene del nombre que se le daba a los publicistas de la época (hombres locos) pero yo creo que no, que viene del lugar donde estaban instauradas esas agencias: Madisson Avenue.... ( no lo he comprobado pero a mi me mola haber sacado esa conclusión yo solita). Y no, no la van a poner en la tele generalista porque saben que no es para las grandes masas, y la verdad, ponerla para relegarla a las 3 de la mañana creo que les daría vergüenza ajena hasta al programador más hortera.
Este post no tiene nada que ver con la navidad ehhhhhhh.... A saber qué lema inventaria Draper para publicitar esta época del año... se lo dejo a los publicistas. Yo solo "invento" titulares con más o menos chispa....
Bye!!

jueves, 11 de diciembre de 2008

viernes, 5 de diciembre de 2008

El "Martha McKeen" de Hopper


Este es mi tesoro

All I want for christmas

Se acercan las navidades (si fuera por los grandes almacenes, sería navidad a partir del 1 de septiembre, porque tienen un hueco entre la vuelta al cole y el 25 de diciembre considerable). Y yo voy a hacer mi particular lista. Son cosas la mayoría improbables. Y no, no voy a pedir la paz en el mundo. Porque voy a ser pelin yoista. Por un día. Y no, no soy egoísta (o sí). Pero bueno, yo ya se qué es lo que voy a hacer para arreglar un poco el mundo (EL MUNDO, no el mío) . Pero ya lo anunciaré. En fin, que, como siempre, me lio sola, asi es que ahi va la lista

Una semana en un balneario
Un día entero en el corte inglés sin cámaras
Que movistar se confunda y no me cobre las llamadas
Irme todos los findes de gira por Europa (un finde Paris, otro Londres, otro Venecia)
Un cuadro de Hopper sobre mi cama (Tita Cervera, no te descuides que ya le echado el ojo al Martha McKeen)
Que Cosmpolitan o Vanity Fair me ofrezca una columna al mes por el módico precio de 3000 euros
Un trabajo de 8 a 3 por 3.000 euros
Ir a clases de cerámica (esas a las que te apuntas porque no tienes NAAAAADA que hacer)
Pesar unos cuantos kilos menos
Ser bilingüe
Un chofer que me lleve y me traiga
Un piso en la Plaza de la Marina Armada (Serrano y Velazquez son muy ruidosas y hay mucho nuevo rico)
Que me quieran un poquito más
Ir a fiestas glamurosas
Un vestidor (en mi super piso de la Plaza de la Marina Armada)
Olvidarme de cómo se coge un cepillo para barrer
Un cutis perfecto (bueno, eso lo tengo jajajaj qué creida soy)
Que alguien me dedique su libro (que lo haya escrito por mi, vaya)
Ir a todos los estrenos del Teatro Real (no solo a los ensayos generales)
Que no se me ponga un nudo en el estómago cuando veo a alguien desvalido (hombre, mujer, niño, niña, animal... me da igual)
Ser mejor persona
Ser menos egoista
Ser optimista
Ser feliz sin necesitar nada de lo que he puesto arriba (menos lo último)

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Rescue Me

A veces necesitamos que alguien nos rescate. Sobre todo si estamos hartos de ser nosotros los que rescatamos

lunes, 1 de diciembre de 2008

Sonrie, hoy estas preciosa

Así reza una valla publicitaria en la Carretera de la Coruña. Es autopublicidad de la empresa que gestiona la publicidad (valga la redundancia) de esas vallas. El anuncio da un mensaje tan prosaico como aunque no queramos "hacemos caso" de la publicidad en ese formato (porque todo quiski ha sonreido cuando ha visto ese mensaje). Pero yo me quedo con que, de vez en cuando, y aunque sea a través de una fría valla publicitaria, no está mal recibir un piropo. Porque después de haberlo visto hemos pensado, "pues oye, no estoy tan mal hoy". Eso es porque no estamos acostumbrados a que nos lancen ese tipo de piropos a diario. Y eso es porque en la sociedad en la que vivimos, tan anclada en individualismos y el "yo voy a mi bola", cuesta dedicar una palabra amable a alguien. Según estudios científicos, si lo hacemos, nosotros mismos nos sentimos mejor y el que la recibe, ni te cuento. A mi, si esta mañana me hubieran dicho: "que guapa estas", pues ya me alegra todo el día. Para qué mentir. Pues eso. Que seamos un poquito más agradables con los que nos rodean, que al fin y al cabo, nunca sabemos a quién vamos a necesitar en un futuro (si al final todo es puro egoísmo). Y ayudemos. Y que sepamos identificar a aquel que realmente necesita ayuda del que lo pide para no aprender a hacerlo y así no tener que hacerlo él. Y a ser más compañeros. Ya veréis qué bien sienta.

martes, 25 de noviembre de 2008

"Pasión" por el furgol

Lo siento. Debo tener algo mal en alguna parte del cerebelo (me suena de cuando lo estudie en el cole) pero no me gusta el furgol. Lo odio, de hecho. No entiendo nada. Ni quiero entender, vaya. Aunque respeto a todo aquel que le guste, claro. Lo único que no sé es por qué se me mira como un bicho raro si ni me suena un tal Villa (ni idea de quién es, vi su portada en el último EPS y aún me pregunto quién es cada vez que veo la portada) y a la peña le parezca tan normal ni saber qué es el Teatro Real de Madrid (algunos tal vez piensen que es donde el Real Madrid celebra sus reuniones... ¿qué no?, alguno habrá). Y lo que menos soporto en este mundo es a los comentaristas deportivos. Porque (y que se de por aludido quien quiera) no puedo soportar a alguien cuya ÚNICA aspiración cuando empieza a estudiar la carrera de periodismo es SER PERIODISTA DEPORTIVO. Bueno, eso tendría un pase, pero no, señores, lo que realmente quieren ser es PERIODISTA FURGOLERO. Con ese lenguaje lleno de tópicos, con tres o cuatro frases hechas que encajan como les da la gana creyendose la reostia (perdón por el taco), cuando, sinceramente, no creo que a veces sepan ni de lo que hablan. Pero suena bien. ¿¿Hablará Pepe Domingo como un voceras cuando sale a la Gran Vía tras haber estado 6 horas pegando berridos??. Me lo imagino. UNNN TAXIIIIIII CORONITA, FRESQUITA GOOOOOOL DE VILLAAA (por continuar con el único furgolista que me suena). Pues eso. Que debo tener un gen de menos o raro o fosforito. O lo tienen los que ni saben que Janacek, primero es un compositor y segundo, se estrena una obra suya el martes en el Real (Teatro, no el equipo). Ah, y que es una ópera lo que se va a representar. Claro, como no se nos mete por los ojos y por los oidos nada más levantarnos (yo he cambiado de emisora porque en la SER me despierto con el comentario de Jose Ramón de la Morena... lo siento guapo, me produces una reacción nerviosa extraña y vomitiva) pues ni idea. Pues ya os lo digo yo. Yo probé a ver un partido y no pude, no pude, en serio. Y sí puedo ver tenis, asi es que no es adversión al deporte. Que prueben muchos a escuchar el Aria de Cavarosi de Tosca de Puccini o la Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov y que me digan si pueden o no aguantarlo. Pero al menos, que lo intenten.

Mi perra Lula


Bueno, hoy debe ser que estoy espesa y no me apetece ponerme a escribir del Dow Jones (a qué suena como una cadena de ropa super fashion o como el último novio de la modeli de turno, estas que se casan con millonarios?) y cómo oi a nosequien, que lo mejor es hablar de lo que nos rodea, equilicua, yo hoy voy a hablar de lo que me rodea a mi misma: Mi perra Lula. Entre nosotros, nunca te fies de alguien que no bebe cafe por las mañanas y que no le gustan los animales (yo suelo aplicar esta norma y me suele funcionar bastante bien, bueno, mi intución a veces parece la de un corcho pero yo me entiendo). Pues bien. A mi perra Lula va dedicado este blog. Mi perra Lula si pudiera hablar sería como la Cañi de Cámera Cafe (asi como mi hermano y yo sabíamos que nuestro anterior perro, un fox terrier era igualito en versión canina a Arturo Cañas Cañas... así acabó el pobre). Es esponjosa, gorda (como le decía ayer a mi madre cuando veía la mujer que nuestro mobiliario se cae a cachos: "mamá, la perra es lo más lustroso que tenemos en esta casa"). Y buena. Pero buena de morirse. A veces pienso que nos toma el pelo y que en realidad es una falsa y que esta urdiendo un plan para quedarse con la casa, pero es demasiado vaga. Pero lo que más me gusta es lo contenta que se pone cuando llego a casa. Dice mi madre que me huele desde que doblo la esquina, y a mi me da un subidón tremendo cuando, después de un día durillo de curro, veo a un animal de 80 kilos corriendo, sus carnes al viento y se me tira al cuello. Y luego, claro, se pone a bailar. A bailar, chaval. Se pone a bailar. Increible. Y yo, toda chocha, aunque esté cabreada con el mundo, me pongo contenta y me pongo a decirle esas cosas, que cuando oigo a las mamás de los niños recien nacidos me parecen mariconadas, pero yo se las digo "ay quien es lo más bonito de la casa, quién es mi visona (de lo suave que está)", y así todo.
En fin, no es el dow jones, pero a mi mi labradora me ha vuelto a despertar una sonrisa.
Paz

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Más cita imprevista

No acudió al estreno de su propia obra de teatro. Se escabulló como pudo porque nunca, jamás había hecho algo parecido. Siempre se había dejado llevar por unos protocolos de actuación en una "relación" o en un "polvo asi a secas": Comida, cena, copa, otra cena, un cine, un polvo. Más o menos siempre había sido asi. Hubiera o no hubiera habido una relación. Le gustaban las cosas programadas y hasta ahora pensaba que le había ido más o menos bien. Por eso le negó la cita. Porque como dijo Carrie Bradsow de Sexo en Nueva York: Al menos que pasen cinco citas. (aunque la pizpireta chica de ficción no cumplio ni media cita siquiera con su super Big) . Pero ella no lo hacía por eso. Simplemente quería conocer con quien se acostaba. Porque se conocía bien y aunque el tipo en cuestión no le matara del todo, a la mañana siguiente pensaba ¿y por qué no?, pero a los cinco minutos sabía que ni loooooooooca se iba a ennoviar con ese tio. Lo malo era si el tipo en cuestión en esos cinco minutos le decía que estaba loco por ella. Entonces la habíamos jodido.
Sin embargo, no podía dejar de pensar en él. No entraba dentro de su patrón RELACIÓN. Pero había algo en el algo morboso, no sabía explicar, que le molaba. Y mucho. Le gustaba pensar en él porque le entraba un calorcito por la espalda, recordaba su voz, sus gestos, su colonia. Nunca antes le había pasado. Los tios que le habían gustado de esa manera habían sido "novios", "rollos de tres polvos y me olvido" o "tios a los que yo no les gusto". Él no. Él era, "el tio en el que me gusta pensar pero no para una relación ni para un polvo, si no solo para pensar en él".. uf que lío me estoy haciendo, se dijo.
Y todo era porque en realidad no le conocia. O no quería conocerle lo suficiente como para que le gustara más y darse cuenta de que ella no era su tipo. Y aunque nunca había sufrido por amor (la vida esta llena de tios, ninguno merece que se piense en él más de cinco minutos después de una ruptura, era su lema), no quería comprobarlo. Y todo sin saber si le gustaba más en directo o en el recuerdo.
Salió del trabajo. Era viernes y las 6 de la tarde. Pronto anochecería pero aún era uno de esos días de otoño en los que no hace frío. El paso fue lento. Muy lento. Le gustaba recrearse. Mirar tiendas, respirar el poco aire puro que hay en Madrid. No le gustaba llegar pronto a su casa. Nunca le había gustado. Si por ella fuera se hubiera quedado hasta las 10 de la noche trabajando todos los días. O de cañas con los compañeros; y por eso, porque no tenía nada que hacer y no le gustaba ninguna de las ideas que le venían a la cabeza para matar el tiempo, ralentizó el paso. Ya habían pasado varias semanas desde esa primera cita imprevista. Y aunque le gustaba pensar en él, como ese rinconcito al que te vas cuando todo lo que tienes a tu alrededor te asquea, ya se estaba diluyendo en su mente. Y fue entonces cuando le vio. Era como si le hubieran pegado los pies al suelo. Como si estuviera echando raices; casi pudo sentirlo. Como dicen las canciones ñoñas, "el tiempo se detuvo". Estaba en la otra acera, hablando con alguien. Hay que ver con lo inmenso que es Madrid y te puedes encontrar a tu ex en un restaurante al que van cuatro gatos, o a un tio al que habrás visto 3 veces en tu vida en una de las !20.000?! calles que hay en la capital del Reino. Siempre había tenido la teoría de que si miras a alguien fijamente durante mucho tiempo, ese alguien se termina fijando en tí. Es como si estuvieras atrayendole, como si se hiciera telekinesia con los ojos. Y efectivamente él la terminó mirando.

martes, 11 de noviembre de 2008

Madrid, Madrid, Madrid

Me encanta Madrid. Lo reconozco. Que no naciera en Madrid para mi siempre ha sido una espinita pero lo compenso conociendo como un taxista las callejuelas de esta capital. Aunque a veces no deje de ser como diría un amigo mio, "un pueblo de Toledo", totalmente cierto.
Madrid es rara. No es majestuosa como Barcelona, no es tan perfecta. Es como la amiga resultona que siempre termina siendo la más interesante del grupo. Pero hay que conocerla. Y por eso me gusta, porque una vez que la conoces, te da mucho mas de lo que le has dado tu antes.
Me gusta salir de mi curro en Plaza de España y andar por la Gran Vía. (con el bolso agarrado como si se me fuera la vida en ello). Me gusta caminar por el paseo del Prado. Me gusta ver a los viejos hablando solos. A los yuppies (cada vez menos) esperando taxi, a las mamás quejándose por el poco sitio que hay en las aceras... Me gusta descubrir una calle que no he visitado jamás (ultimamente Zurbano, Almagro), ver esa disparidad de edificios... Madrid no es bonita. Es gris. Es bulliciosa. Está demasiado petada de todo (de gente, de tráfico, de espectaculos) pero a ella parece que le da igual. Porque acoge a todo el mundo. No sé por qué la gente se queja de Madrid (yo también, sobre todo cuando tardo 20 minutos en bus en hacer un trayecto que a pie serian 10, sin exagerar) pero para que te guste Madrid hay que ser un poquito como ella. Extrovertida, espontánea, que no te importe salir a la calle sin pintar o haber repetido modelito dos días seguidos.
Así es mi ciudad.

Juntos somos mejores

A veces en obras de teatro insulsas se rescatan frases como esta... una gran verdad...

jueves, 6 de noviembre de 2008

miércoles, 29 de octubre de 2008

Cita imprecisa

Se despertó bien pero al segundo se puso nerviosa. Era el día. No sabía por qué pero era una sensación entre agradable y ansiosa. Extraña en todo caso. Su cabeza se había dirigido ella solita a ese pensamiento. Que hoy quedaba a comer con él. Era solo una comida, algo inocente. Precisamente así lo había querido ella, para que fuera inocente, para que no hubiera copita de después, ni besito de después ni polvo de después. Ja, como si el hecho de que la cita fuera a la luz del sol pudiera frenar ese revoloteo en el estómago, se dijo. Incluso era peor porque sabía que si finalmente se producía ese acercamiento, la reunión que tenía a las 5 la devolvería de nuevo a la realidad y se quedaría con el "qué hubiera pasado si...."
Trató de no pensar en ello. El trabajo se lo impedia en todo caso. Pero se sorprendía a si misma mirando el reloj, mirandose coqueta en los reflejos de la ventana para ver si su maquillaje mañanero todavía seguía en pie (sabía bien que sería un milagro), y por qué no, rezando para que no le pusieran una reunión de equipo a las 2 menos cuarto. No fue así. Salió sin decir a nadie donde iba, a las 2 en punto. Cogió un taxi, se pintó y llegó. El restaurante: Dilola. Entre tradicional y chic. No demasiado. Uf, no está en la puerta esperando. Estaba dentro. De pie. Era ante todo un caballero. Llegaba siempre puntual a las citas y esperaba a que ella llegara para que les dieran mesa, que por supuesto, ya había reservado. Mirada.... ¿interesante?, ¿insinuante?, no sabría decir. Ojalá hubiera podido saber lo que pensaba como en esa peli de Mel Gibson, en todo caso, la suya, como le dijo él después, era de angustia. Ella era así. Se le nota todo aunque crea que no. Y eso es un handicap. Y de los gordos (por eso no juego al poquer ni miento a los clientes ni por teléfono... así me va, pensaba). Sin embargo, al margen de todo, él le hacía sentir cómoda. Hasta su voz parecía distinta, más interesante, tipo locutora de la tele. Trataba de hablar en un tono bajo, algo insinuante, sexy sin llegar a evidente y lo acompañaba con movimientos certeros de la mano. Conversación interesante. Miradas interesantes. Indirectas más que interesantes. Eran "amigos". Un término impreciso que se aplica a aquellas personas que se han conocido en ámbitos laborales coyunturales (él era el director adjunto de uno de los clientes de su empresa), y que si no fuera por esa ¿atracción? que ambos sentían, aunque no pudieran saber por qué, no hubieran seguido con esa ¿relación?. En definitiva, había... feeling. Pero ninguno de los dos había establecido las reglas por las que debían ceñirse... solo se habían visto dos veces antes, y el msn, ese invento que permite que la gente se deshiniba y saque lo mejor ( o peor ) de si misma, les había hecho confesar como adolescentes de 15 años, que se "molaban".
Cuando salieron a la calle tras degustar carpaccio de parmesano y demás lindezas, llegó el momento de la despedida. Ojala mi vida hubiera tenido guión y tuviera detrás a uno de los guionistas de Seinfield para saber qué decir: Algo entre gracioso y opinado, pero no., se dijo. Se quedó callada (mierda, toda la vida diciendo a los cientes qué decir en las reuniones de portavoces y yo me quedo callada, pensó). Pero él sabía más que ella. Sabía latin, vaya. Los años que le sacaba y una decena de relaciones le convertía en experto. Sutil pero experto. Sonrió. La miró. La llamó Nenita. (tanta liberación de la mujer para que luego me mole que me llamen nenita, se dijo). Y le dio un leve beso en los labios. Le pidió un taxi y se fue. Al rato le mandó un sms. "Esto ha sido el ensayo general. Esta noche te invito al estreno".
A eso le llamo yo quitarme a mis 30 y pocos tacos la tontería de encima. Y encima sutil. Que quieras que no, mola mas, se dijo repanchinagada en el asiento del taxi

jueves, 16 de octubre de 2008

Vivir y morir en Las Rozas

Soy de las Rozas. Lo reconozco. Bueno, mejor que decir que “soy” de las Rozas debería decir que “sobrevivo” o “vivo de prestado” en las Rozas (vivo con mis padres, con lo que esto de que vivo es absolutamente temporal… lleva 31 años siéndolo jajaja), con esto se deduce que cuando deje el supernido paterno-materno, no me dará ni para medio metro cuadrado en esa localidad.
Otro tema, mis padres NO son pudientes. Son clase media. Totalmente media. Que podamos vivir alli para mi es un misterio y no el de Lourdes. (mi padre se dedica a la construcción y vale, sí, se parece sospechosamente a Tony Soprano, ahora que lo digo, bastante pero vamos, que nos da para eso para “sobrevivir”). A dónde quiero llegar con todo esto. En que vivo en lugar donde me puedo dejar el coche abierto por la noche, sacar a mi perra cuando llego borracha los sábados a las 3 de la mañana y no hay ningún toxicómano esperando a que salga de casa para robarme la comida del mediodía que llevo en mi bolsita de Harrods (del ÚNICO viaje que he hecho a Londres y que todavía estoy pagando). A lo que voy, que me lío. A pesar de todo esto…. No me gusta la gente de las Rozas. Porque yo siempre estoy como pidiendo perdon por vivir rodeada de bancos de flores y céspedes bien cortados, sabiendo que eso no va a durar para siempre, y ellos, al reves, se creen herederos únicos de dicho imperio. Se practica el monocultivo el monovolumen (padre madre niño y niña, comprobao), todos tienen interna, casas inmensas, niños rubios, practican el heroncityng los findes y por supuesto votan al PP aunque no les guste como lo hacen (disciplina de partido), pero, detrás de esta “realidad” hay otra bien distinta: Echan 10 euros al monovolumen, pagan a la asistenta 600 euros al mes, (interna y todo lo que lleva ser interna, esto es, al margen de los cometidos ordinarios de llevar toda una casa, esta el de poner, quitar la mesa, servir en navidades, levantarse si los niños lloran por la noche…) y sus cachorros deambulan borrachos, emporrados y maleducados por los prados de Monterozas… y digo yo…. Qué soy yo. Si me voy a vivir a Vallecas, desentonaré, eso está claro, y aquí tambien por supuesto. Con qué me quedo…. No tendré que pensarmelo mucho. Cuando me vaya de casa caeré donde un piso valga 400 euros mensuales y me da que eso donde vivo, como que no. El dilema is over.

viernes, 10 de octubre de 2008

PISO-NOVIO-TRABAJO FIJO

En tiempos de crisis (que es como el poema de Bretch, hasta que no vengan a por mi no me lo creo), me he puesto a reflexionar sobre cómo va mi vida. Me doy cuenta de que estoy presionada socialmente por lo que debe ser "correcto" y que a mí, para qué negarlo, también me gustaría conseguir algún día. El clásico trio: piso-novio-trabajo fijo. Como la famosa frase de Lennon, "la vida es lo que te pasa cuando esperas lo que no te pasa", en mi caso, se limita a que es lo que hago mientras espero a que me pase lo que quiero que me pase. Es decir, el famoso trío. (aunque de momento me conformo con dos de tres o incluso uno jaja).
Toda mi vida gira en torno a ello. Y soy realista de que me gusta mi vida tal como la tengo ahora, pero siempre estoy pensando que sería mucho más feliz si consiguiera alguna de esas tres cosas.
Una vez tuve un trabajo fijo y un novio con visos de convertirse en algo más, pero como el que tira del hilo hasta conseguir lo que quiere, se me rompió el dichosito hilo. Y me puse de nuevo a la carga. En el momento actual tengo dos cuasi trabajos, en los que por otro lado, soy bastante feliz y no gano mal. Es como el que se compra unos vaqueros que no le encajan del todo, pero es que como los necesita, se conforma. Pues igual
¿Llegará algún dia en que realmente no aspire a nada más?. Somos seres aspirantes, deseantes, y me da a mi que cuando me case, tenga una hipoteca sobre mis espaldas y una multinacional decida que soy lo suficientemtente buena como para tenerme entre sus filas con un trabajo fijo, tampoco me sentiré tan bien... y tal vez eche de menos mi vida de ahora.
Y ahora que lo pienso. Cuando tuve dos de tres, también andaba angustiada por la vida. Porque la vida es eso. Nos sentimos felices pero al mismo tiempo desgraciados porque siempre pensamos que esa felicidad no durará eternamente. Y esperamos la gran ola que nos hará sentir desgraciados.

lunes, 6 de octubre de 2008

Esas pequeñas cosas

Subirme en el 1 y bajarme en velazquez
Pasear por la gran via
Cotillear las cremas superbaratas del hm
Sentarme en el escalón de entrada a mi casa y acariciar a mi perra lula
Comer churros los domingos por la mañana
Leer a Elvira Lindo en el dominical a las 12 del mediodia del domingo
El aperitivo con mi madre y mi hermano
Escribir de las temporadas de las orquestas
Tomarme la cañita con mis compis el viernes al mediodía
Mad Men
Los pintxos de lateral
Concentrarme con una buena peli
Emocionarme con un buen libro
Ir al ballet con mi amigo jose
El cafe de media tarde
Los cotilleos de los programas rancios de la tele
Una buena entrevista
Una buena exposición
Cenar con él los sabados por la noche
Hablar con mi amiga Ana
Ir a ver a mi amiga Marta
Desayunar en el Rodilla de Plaza de España mientras me leo el País
Abrazarme a él los domingos por la tarde

jueves, 25 de septiembre de 2008

Solo hablo contigo

A ver, mi primer post es sólo para hablar de algo tan mundano como las relaciones internautas y más concretamente de cómo se comportan algunos hombres internautas. Empece en esto de los chat unos 6 años más o menos, y lo que al principio era ingenuidad, al final fue cinismo. (y por eso ya deje de chatear hace bastante tiempo). Después de haber hablado con especímenes de todo tipo, desde los que a la segunda frase te preguntan de qué color llevas las bragas o cuál es tu postura favorita, a los tímidos, pasando por los "es que yo no ligo", me pregunto... ¿son así solo con una pantalla de por medio estos tipejillos o a pelo también hay que sufrirles la tontería?. Tranquilos, que no solo me alimento de hombres que prefieren estar frente a una pantalla de ordenador, también los conozco en vivo y en directo pero esa es otra historia. A lo que voy es... chicas o chicos también... os ha pasado eso de que tardan tres mil años en contestar cuando estas en el msn y cuando les preguntas te dicen.. "yo solo hablo contigo" Ja. Al principio, muy al principio, piensas, oh, dios mio, solo me quiere a mi... qué honor. Pero luego, muy poco despues, todo hay que decirlo, opinas que lo mismo que te dice a ti por qué no se lo dice a otra... para más tarde descubrir que juega al tetris sentimental encajando citas a ver cuál le mola más para quedarsela.
Por circunstancias que no vienen al caso, tuve una pareja cierto tiempo que como buena versión clásica, me decía que solo me quería a mi (no le conoci en un chat, fue en un bar, lo tipico). Y más tarde me dijo que él en sus tiempos libres le daba por chatear... pero que nada de ligar... para poco después decirme que me dejaba por otra... del chat.
¿No tenemos suficiente con la competencia de la oficina, las vecinas y demás para encima tener que lidiar con el maremagnum de citas que se pueden tener vía internet? ( si él quiere claro, que no le quito ningunita culpa).
Ahora bien, lejos de amedrarme, me lancé en su día al espinoso mundo internauta y aunque al principio me quedé perpleja de que tios casados, con novia o con ésta embarazada me entraran y me propusieran cita sin ningún pudor, luego, cinica de mi, vi que ese era el pan nuestro de cada día.
Lo que me pregunto es... ¿quedará hoy día algun hombre que a pesar de que te diga que te quiere no se lance a los brazos del teclado para decirle eso mismo a otra??. ¿se lo seguirán creyendo las otras???