martes, 11 de noviembre de 2008

Madrid, Madrid, Madrid

Me encanta Madrid. Lo reconozco. Que no naciera en Madrid para mi siempre ha sido una espinita pero lo compenso conociendo como un taxista las callejuelas de esta capital. Aunque a veces no deje de ser como diría un amigo mio, "un pueblo de Toledo", totalmente cierto.
Madrid es rara. No es majestuosa como Barcelona, no es tan perfecta. Es como la amiga resultona que siempre termina siendo la más interesante del grupo. Pero hay que conocerla. Y por eso me gusta, porque una vez que la conoces, te da mucho mas de lo que le has dado tu antes.
Me gusta salir de mi curro en Plaza de España y andar por la Gran Vía. (con el bolso agarrado como si se me fuera la vida en ello). Me gusta caminar por el paseo del Prado. Me gusta ver a los viejos hablando solos. A los yuppies (cada vez menos) esperando taxi, a las mamás quejándose por el poco sitio que hay en las aceras... Me gusta descubrir una calle que no he visitado jamás (ultimamente Zurbano, Almagro), ver esa disparidad de edificios... Madrid no es bonita. Es gris. Es bulliciosa. Está demasiado petada de todo (de gente, de tráfico, de espectaculos) pero a ella parece que le da igual. Porque acoge a todo el mundo. No sé por qué la gente se queja de Madrid (yo también, sobre todo cuando tardo 20 minutos en bus en hacer un trayecto que a pie serian 10, sin exagerar) pero para que te guste Madrid hay que ser un poquito como ella. Extrovertida, espontánea, que no te importe salir a la calle sin pintar o haber repetido modelito dos días seguidos.
Así es mi ciudad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo dicho, de Madrid al cielo... Como decía una amigo mío, Madrid para los madrileños