domingo, 27 de diciembre de 2009

Lo necesito

Había tenido un mal día de trabajo. Demasiado estres inutil (¿había algún estres que fuera util, se había preguntado mil veces?) demasiado complejo de culpa, de inferioridad, de "soy una perfecta inutil". Además, había discutido con su novio. Estaba harta, literalmente de que le dijera que no le gustaba cómo vestía, o se la quedara mirando fijamente a las cejas, y le dijera, cuando ella estaba pensando que él le miraba con cara de enamorado, "te tienes que arreglar las cejas".

Por eso estaba en su casa, pensando, sin mirar a ningún lugar fijo. Pensando en recoger todo en una maleta, lo que le cupiera, salir a la calle, coger un taxi y escapar de esa vida que no terminaba de despegar. De esa existencia que no le gustaba. De ese piso tan pequeño, de ese novio que la miraba a veces con condescendencia como queriendole decir, ¿a donde ibas a ir tu sin mi con la de tias buenas que hay por ahi?.

Hacía siglos que no hablaba con él y no tenía la esperanza de encontrárselo ya más. El jueguecito había acabado antes de empezar. Ella ni siquiera puso sus condiciones sobre la mesa.
Pero le necesitaba. Como el que necesita beberse un litro de agua de golpe porque necesita calmar esa sed irremediablemente.

Cogió el móvil y le envió un sms como el que envía una botella al oceano. Sin saber si habrá respuesta. Sin saber qué será de su vida si no le contesta.
Necesito emborracharme
Sola o acompañada
(joder, siempre tiene que decir la frase perfecta)
Perfectamente acompañada
Te vienes a mi casa
Yo pongo el ron
Yo pongo las copas. Toma mi dirección
Con las cejas sin arreglar, sin pintar, una sudadera de benetton del año pum, vaqueros, zapatillas y barbur y tras pasar por un vips se fue enfilada a dejarse de tonterías y beberse un litro entero de agua
Nunca antes había sabido con tanta exactitud lo que necesitaba

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